Capítulo 9: hickey

263 39 1
                                    

Elegir el único día caluroso del invierno para colocarme una bufanda alrededor del cuello no parecía el acto más evidente. Pero sinceramente no sabía qué más hacer, y el maquillaje no estaba apagando las ganas que tuvo Tom de marcarme como suya. Era algo que definitivamente tenía que hablar con él. Pero se sintió tan bien... no. Tenía que hablar con él. 

Al llegar a clase, donde el mayor abrigo utilizado por mis compañeros eran medias, seguramente, noté que me veía ridícula. Más aún, con la mirada de Shay. 

─¿Tienes frío, mamma? ─ preguntó, en un tono tierno pero burlón. 

─Digamos que sí. 

─Vi, hay treinta grados. ─ soltó la chica en un susurro 

─Pues tengo frío y garganta sensible. 

─Vamos, es más creíble que me digas que te atacó un vampiro. Funcionaría para mí, al menos. 

─Pues lo siento pero tengo entendido que los vampiros no son reales. 

─¿Entonces solo tienes frío? 

─Si. 

─¿Y no te da vergüenza mentirle de esa forma a tu amiga? 

─¿Honestamente? No. 

─¡Así que sí estás mintiendo! Muestra el chupetón.

─Tengo dolor de garganta, esa es la pura verdad. Ahora cállate que el Señor Labrrow nos va a sacar de la clase. 

─Si, claro. 

─Y que conste, que por la mañana sí estaba helado. 

─Todos vamos a morir, eso no es novedad. Lo que sí es novedad, es eso que tienes debajo de la bufanda. 

Ella definitivamente no podía saberlo. 

No sé realmente cómo, pero logré escabullirme sin ser vista por mi amiga unos dos o tres minutos antes del receso. Minutos que fueron suficientes para encontrarme con Tom en el salón de clases que debería estar ocupando en unos minutos. 

Me vio llegar, siempre lo hace. Alzó las cejas tal cual lo había hecho mi amiga al verme con el abrigo rodeando mi cuello, y luego frunció el ceño. 

─No te hagas mala ceja. ─ dije mientras señalaba con el mentón el pequeño salón de donde él siempre salía. Ambos nos metimos allí, aunque Tom no parecía saber de qué se trataba aún. Deslicé la bufanda por mi cuello, y él siguió mis manos en lugar de desviar su mirada hacia el pequeño chupetón. Una vez levantó la mirada, abrió los ojos en sorpresa, y alzó sus cejas. 

─Mierda 

─Exacto. 

─¿Eso... fui yo? 

─No seas idiota, Thomas. Claro que fuiste tu. 

─Pero, si yo- Oh... ya recuerdo. ─ soltó. 

─Es lindo que recuerdes. No puede volver a ocurrir. ─ sentencié. 

─Vic, lo siento mucho. Yo- no-

─Tú puedes acostarte conmigo y tener todo el sexo que quieras, pero estas cosas me ponen en desventaja. ¿Que diré si alguien lo ve? No me creerán que fue un "mosquito"

─Ey.. lo siento, en serio. ¿Estás bien? 

─Estoy bien. ─ suspiré. ─ Solo algo molesta. No pretendía quedar en ridículo en plena clase, ¿sabes? 

─Realmente lo siento ─ repitió, se veía algo a la defensiva. ─ Te ves tierna

─¡Muero de calor! ─ exclamé ─ Y tengo que soportar otra hora así. 

─Siento que estés pasando por eso por mi culpa. ─ soltó él entre risas. 

─Dios, quisiera matarte ahora mismo. 

─¿Estás coqueteando conmigo? 

─No seas tonto. ─ dije mientras me cruzaba de brazos. 

─Dios, eres preciosa ─ susurró mientras me besaba a un lado de la puerta, su lengua hizo espacio en mi boca, y mis brazos rodearon su cuello mientras lo apretaba contra mí para besarlo con mayor firmeza. Deslizó sus labios hacia mis mejillas, el lóbulo de mi oreja, y mi cuello, donde lo aparté, tirando de su cabello. 

─Por un tiempo, no tendrás permitido volver a besarme ahí ─ dije mientras lo miraba a los ojos, los de él se abrieron en ligera sorpresa. 

─¿Y qué te dice que tú tienes permiso de impedirme eso?

─Digamos que sé como ponerte nervioso, Thomas ─ hablé mientras pasaba mis manos por debajo de su saco, sentí cómo se acercaba más a mi, en un escalofrío y un intento de su cuerpo en mantenerse cerca. ─ Mira como te pones y ni siquiera te estoy tocando la piel. ─ susurré. 

─Vas a hacer que tengamos problemas. 

─¿Ah si? 

─Si, vas a hacer que te necesite ahora mismo. ─ jadeó cuando mi mano se fue hacia su pantalón, acariciando la cadera del hombre. ─ Vas a hacer que te necesite, y que te levante esa falda que llevas puesta ahora mismo. Vas a hace-

─Cállate, Thomas. ─ susurré sobre sus labios. Comencé a besarlo con firmeza, con deseo, rodeando su cuerpo contra el mío. 

─Victoria, tengo que dar clase.. yo- ahg, mierda ─ dijo cuando una de mis manos fue a tocarlo por encima de la ropa. 

─¿Tú qué? ¿No quisieras que descubran que te estás tirando a una de tus alumnas? ¿No quisieras tener que mentir sobre por qué vas desalineado? 

─Así que esto es venganza por- por el chupetón 

─Es lo que menos me preocupa ahora, Thomas. 

─¿Quién te ha hecho tan- ah, mierda ─ jadeó cuando comencé a acariciar de arriba hacia abajo, por encima de la ropa. 

─Creo que no estás en posición de pedir nada, profesor. 

─Agh, Victoria... tengo que- tengo- 

─Tienes que dar clase, lo sé. ─ dije mientras abandonaba su erección y subía a besarlo en los labios. ─ Te veo allí, profesor Hiddleston. ─ guiñe un ojo antes de abandonar el aula. Sintiendo cómo un jadeo se escapaba de sus labios. 

Al sentarme en mi lugar de siempre, noté cómo mi amiga se sentaba a mi lado. 

─Llegaste temprano ─ notó 

─Tenía dudas sobre una tarea. 

─¿Y tu bufan- ¡Oh por D- ─ cubrí sus labios con la misma bufanda que tenía en la mano. No iba a colocar mi mano sobre la boca de mi amiga, no luego de- 

─Necesito que hagas silencio. 

─¿¡Quién!? 

─No le conoces. 

─¿No le conozco? Vic, ¿cómo podría no conocerle? 

─Te juro que no sabes quién es... además, no estamos saliendo. 

─Así que sí te diviertes. 

─Más de lo que crees. 

─Disculpa ─ me tocaron el hombro, al voltear me encontré con una chica rubia. ─ ¿Sabes a que hora inicia esta clase? 

─En realidad, tendría que empezar ahora, pero.. puede demorar un poco. 

─Oh, gracias. 

Tomé mi celular. 

Necesitas ayuda ahí dentro? 

Thomas: Te detesto ahora mismo. 

Oferta denegada, entonces. 

Bad idea, right? | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora