Capítulo 6: el funeral

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Tengo demasiado en la mente. Todo se distorciona, se va. Las personas se mueven a mi alrededor pero tengo tanto en qué pensar que ni siquiera logro verlos pasar a mi lado. Sé que muchos me dan sus condolencias, sé que muchos me abrazan, pero no logro dejar de disociar. 

Veo más y más personas vestidas de negro acercarse hacia el funeral que mi familia le ha organizado a Gib. Un funeral, para Gibson. Nada tiene sentido. 

Veo a mucha gente conocida, y gente desconocida. Veo a personas que sé que Gibson odiaba, y casi me provoca una sonrisa recordar los chistes que haría si él estuviera aquí. El pensamiento me cae como limón sobre herida, y tengo que escapar escaleras abajo, aunque me detengo en el descanso. 

Sé que hay gente arriba, sé que hay gente abajo. No tengo otra opción que esconderme en esas escaleras que llevan hacia la planta baja, y sucesivamente hacia el patio trasero. Observo por el ventanal, intentando concentrarme en el paisaje, en las probabilidades de lluvia... en el hombre de traje negro que baja del auto negro. Lo reconozco. Deseo escapar, y al mismo tiempo, noto que no hay probabilidades de que nos encontremos, porque todos estan tomando las escaleras opuestas a la mía. 

Todos es una palabra muy genérica. 

Entonces lo veo frente a mí, y recuerdo, entre otras cosas, que Gibson solía ser profesor. Me doy cuanta que seguramente él y Gib se conocían. Y tengo la certeza de que si conocía a Gibson, lo quería, porque era esa clase de persona. 

─¿Era... amigo tuyo? ─ me preguntan, mientras estoy de espaldas. Escucho la voz de él, me niego a rendirme ante sus encantos, prefiero centrarme en la ventana frente a mí. Volteo a verlo. 

─¿Te importa? ─ le pregunto. 

─Honestamente, no sé que es peor. Si tener que estar alejado de tí, o comportarme como un idiota contigo. ─ me dice. 

─Era... el mejor amigo de mi padre. Casi un tío para mí. ─ respondo, suavizando el tono que había utilizado. Tom me mira a los ojos, y noto la tristeza en ellos. 

─Lo siento ─ dice en tono calmo. 

─¿Por Gibson o por ser un idiota? ─ pregunto, sin ninguna sonrisa que hable sobre mi humor. 

─Ambos ─ responde, y desvía la mirada. 

─En ese caso, gracias ─ respondo, lo más correcta que puedo. Después de todo, lo que sea que haya pasado esa noche no tiene comparación a lo que está ocurriendo ahora. No necesito más problemas, no necesito de Tom. Solo es mi profesor, hablando conmigo sobre la muerte de Gibson, quien asumo, fue también su profesor. ─ Tom, jamás hubiera hecho algo que te pusiera en problemas. ─ digo. Un suspiro sale de mis labios, con mis ojos concentrados en los suyos. Él asiente, como si todas las palabras hubieran sido eliminadas de su vocabulario; y entonces noto que no hay ninguna esperanza en sus ojos. Sé que no importa lo que diga, él no cambiará su forma de pensar, y que sigue manteniendo lo que dijo aquella tarde en su escritorio. Me acerco, solo un poco. Lo suficiente como para dejar un beso en su mejilla y susurrar a su oído. ─ Adiós, Thomas. ─ digo, antes de someterme a la tortura de tener que alejarme. Me acerco a la segunda parte de la escalera, dispuesta a ir abajo, dispuesta a refugiarme en el patio. 

Entonces él me toma del brazo, tira de mí, y me rodea con sus brazos para acercarme a él. Tardo un segundo completo en notar que me está besando. Siento sus labios, siento sus manos, siento el calor de su cuerpo presionándome contra el suyo, siento cómo los pensamientos se evaporan de mi mente y cómo todo lo que dijo se acaba de contradecir. Me separo un poco de él, que ahora me besa con suavidad. Lo miro a los ojos, me mira también. Acomodo un cabello que le ha caído sobre su frente. Y luego me alejo. 

Y Tom me ve bajar, sin hacer nada más.

───

Por semanas, intento concentrarme. Falto a clases, porque siento que mi padre me necesita, y porque sé que Noa intentará tomar ventaja de la debilidad de mi familia para estabilizar la economía que jamás ha cuidado. Shay me explica esos temas nuevos que van dando en clases, pero la sola idea de regresar hace que se me nuble el juicio nuevamente.

Entonces descubro la forma en que todo puede llegar a buen puerto. Me dirijo hacia la oficina para encargarme de lo que tendría que haber hecho el día siguiente a acostarme con el profesor. 

Pido el traslado hacia otra clase. 

─Es... por un tema de horarios, en realidad. Solo necesito tomar la clase con otro profesor, ¿es eso posible? 

─No sé si pueda aprobarlo, Victoria. 

─¿Por favor? 

─¿Es por el salón? ¿Por... Ian? 

─No es por Ian ─ aseguro ─ Ni siquiera está tomando esa clase. Es porque.. necesito tomar en otro sitio. 

─Mira, creo que si algo raro ocurre con Hiddleston-

─¡No! No es nada contra el profesor, soy yo. Necesito traslado, ¿podrías hacerlo? 

─Puedo darte la hoja, tú tienes que hacer que él la firme. Luego la traes, y si el director lo aprueba podrás reanudar el curso en otro salón. No puedo hacer más que eso. ─ me enterga la hoja, y me indica donde debo hacer que firme. 

Pero para que la firme, tengo que volver a verlo. 

───

Regreso a su salón, pero esta vez, toco la puerta antes de ingresar. 

─¿Victoria? ─ pregunta mientras me abre la puerta, asombrado de que no haya simplemente ingresado. 

─¿Puedo hablar contigo un segundo? ─ su rostro de susto me indica que no estamos surfeando la misma ola, pero permito que se ponga nervioso un momento simplemente porque disfruto de tener cierto control. ─ ¿Podrías... firmar esto? Es para mi traslado a la clase del señor Collin. 

─¿Traslado? ─ pregunta mientras frunce el ceño y toma la hoja de mi mano. 

─Si... traslado. 

─No- ¿por qué? 

─¿Por qué? Creo que es bastante obvio...

─Vic-

─Por favor. 

─Me gustaría que siguieras en mi clase 

─No puedo hacerlo. No puedo venir y llamarte Mr Hiddleston como si no te conociera. Necesito el traslado. 

─Tori... Vic ─ se corrige. 

─Por favor. 

Él me ve, unos cuantos segundos antes de tomar la hoja y colocarla sobre el escritorio para firmarla. Me la entrega, y salgo del salón directamente hacia la oficina. 

Se terminó. 

────

─Lo siento..

─¿Es en serio? ─ pregunto a la mujer

─No puedo hacer nada.

─¿Podría insistir? ¿Pedir otro traslado?

─Blackmore, así pudieras volver a molestar al profesor con su firma, sería en vano. Tu caso no implica ninguna molestia en contra del docente, según me has contado, y el horario está perfectamente acomodado según presentaste tus necesidades a comienzo de año. Dices que quieres cambiarte de salón pero sin motivo aparente. Se mantendrá esta postura, no puedes volver a pedirlo.

─Pero-

─Debes entregarle esto a tu profesor para poder ingresar a su clase. Ve, porque se hará tarde.

...

Tras la conversación anterior, no tenía ninguna intención en verlo, en hablar con él. Solo dejé la hoja sobre su escritorio y me fui en busca de su lugar libre. Mientras todos parecían concentrados en sus hojas, sentí su mirada.

Seguimos conectando, seguimos sacándonos chispas con los ojos.

Sigo en su jodida clase. 

Bad idea, right? | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora