La historia que soñé [One-shots Rubckity]

𝓟𝓮𝓻𝓯𝓮𝓬𝓽

[𝐌𝐄𝐍𝐂𝐈Ó𝐍 𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀𝐍𝐓𝐄] 

𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞: 𝐑𝐮𝐛𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲, 𝐋𝐮𝐳𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬, 𝐋𝐮𝐳𝐮𝐫𝐞𝐱 𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐥𝐞𝐯𝐞 𝐦𝐞𝐧𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐖𝐢𝐠𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐲 𝐅𝐨𝐨𝐥𝐠𝐞𝐭𝐭𝐚

Recibió la invitación color crema decorada con detalles azul claro y tintes dorados, reconoció la esencia, no era necesario leer su contenido, pues inmediatamente supo a quienes pertenecía.

Sonrió ladino, le dolía recibir la noticia, pensaba que el amor que sentía por él ya se había marchitado, sin embargo, la lágrima en su ojo izquierdo decía todo lo contrario.

Una boda lo esperaba en donde él sería un invitado y no el personaje principal que le hubiera gustado ser, aun así, estaba feliz. Ver a dos de sus grandes amigos dar un enorme paso, lo hizo sentir de maravilla.

Tras unos meses, el día de la boda llegó.

Con todo el dolor de su corazón, vistió su mejor traje, arregló adecuadamente el cabello castaño y limpió los mocasines hasta quedar relucientes. Se dio una última mirada al espejo, ajustó la corbata guinda, sin nada fuera de lugar, tomó las llaves de su casa, subió a su carro, manejando a la iglesia.

La ceremonia empezó sin imprevisto alguno, los familiares y amigos de los novios esperaban pacientes en sus respectivos asientos, el castaño agradecía estar junto aquel grupo de revoltosos, ansiosos por la entrada de ambos.

El novio de cabello azabache y tez morena esperaba en el altar, sus mejillas carmesíes resaltando por el traje blanco, admiró con asombro a su pareja. Embelesado por la belleza de Rubius, vestido de blanco, el cabello marrón que fue rebelde ahora estaba perfectamente acomodado y decorado con un tocado plata, entre sus manos un ramo de rosas.

Con Rubius y Quackity en el altar, el padre dio inicio, la mayoría de las palabras ni se molestó en escucharlas, estaba más atento en observar los detalles de ambos, en especial a la persona por la que su corazoncito latía, no notó la mirada curiosa de su amigo, este conocía muy bien a Luzu y de cierta manera, el chico era un libro fácil de leer, no le costó mucho atar cabos.

—Deberías tener cuidado cuanto los observas—murmura Willy captando la atención del mayor

—Sólo admiro el verdadero amor—respondió con simpleza

—Ese par de ratas, diciendo que nunca se iban a casar y ahora nos tienen aquí

El comentario del albino causó una risa silenciosa al castaño, seguirían hablando, si no fuera por el regaño de Vegetta, sus voces fueron calladas y sólo observaron atentos, anhelando el momento de los votos.

—Por el poder que se me ha otorgado, os declaro esposos. Puede besar al novio

Quackity tomó las delicadas manos de su ahora marido, esa amplia sonrisa nerviosa fue tan tierna para el de ojos esmeraldas que no pudo evitar inclinarse y besar con timidez al menor.