7- Extrañezas serias

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Lo único que el único hijo varón de Lynn y Rita quería, era mejorar su vida. No le importa si es a una corta edad. Hoy tiene más razones para hacerlo; una de ellas es por un mal acontecimiento que hace poco visualizó. Un cambio quiere hacer en sí mismo, y eso va a lograr.

De un día para otro, valoró mucho más a sus hermanas, ellas se dieron cuenta. Contaba con más tiempo para todas, con el fin de pasar tiempo de calidad con cada una de ellas, además de sus padres. También comenzó a hacer mucho ejercicio con las rutinas que su hermana Lynn le recomienda. Además se esfuerza por aprender artes marciales con ella. Cada fin de semana, tiene un combate amistoso para que ella pruebe sus habilidades humanas.

Aunque organizar todo fue difícil ya que la mayor parte del tiempo está solo, logró ampliar su tiempo para que los lazos establecidos no cambien. Eso pensó él, ya que Luan y Luna se sentían excluidas de su vida. Ya no les prestaba tanta atención como antes de ese cambio. Sentían que poco a poco lo perdían. Respetaron su decisión. Dejaron que pudiera ser "mejor" persona. Así se explicó. Con casi doce años de edad, adquirió más y mejores hábitos.

Uno de los principales cambios que se propuso a cambiar para bien, fue su pensamiento crítico. Tiene pensado combinarlo con ser proactivo. Así, podría suprimir toda imperfección en sus planes y no cometer otra desgracia. Esa es su visión.

—Te noto nervioso. ¿Le temes a lo que me pueda pasar ahí? ¿Por qué no quieres que vaya? —preguntó la séptima descendiente de Rita y Lynn.

—Es peligroso que quieras contactar con los "espíritus" que están en esa abandonada cárcel. No es seguro de ninguna manera.

—Tonterías, poseo mucho dominio a lo sobrenatural. No me estás ayudando como prometiste. No entiendo por qué me tienes prohibido visitar lugares encantados. Si me dejas ir, podría contactar con las almas de esos policías.

—No sólo es eso. Tal vez lo rumores no son ciertos, y en lugar de fantasmas, hay asesinos. No lo sabemos... Mira, entiendo que quieras ayudar, eso me gusta. Tienes que ser prudente. Deja que los profesionales se encarguen de la búsqueda. Quiero que estés a salvo porque eres mi hermana, por eso no permitiré que tomes ese riesgo. Sean o no reales, no es seguro adentrarse ahí. Menos si vas sola. Estoy contigo para que no cometas esas locuras. Ahora te pregunto: ¿puedo ayudarte en otra actividad?

—Suspiro. Estoy investigando sobre entes del más allá que habitan cerca de la casa. Me siento preparada para conversar con ellos. Ven a acompañarme.

—Está bien, Lucy, aprovechando que es día.

—No perdamos más tiempo —dijo para buscar debajo de su cama y sacar un maletín—. Por cierto, ¿qué opinas de la búsqueda de esos agentes?

—Opino que es un caso indefinido. Ojalá los encuentren. Nadie sabe nada, por ende, yo ni sé pistas... Ya vámonos.

Luego de tener resultados ni positivos ni malos, volvieron a casa casi dos horas después. Lucy volvió a su habitación. Su hermano tiene un combate esperándolo en el patio trasero.

—Lynn, agradezco tu tiempo.

—Justo a tiempo, apestoso. ¿Practicaste las patadas que te enseñé?

—Permíteme demostrarlo.

Si bien cada integrante tiene sus motivos para no verlos, otros, como Luan que no se pierde ni un sola contienda, ven esta lucha. Empezaron sus peleas arregladas siguiendo las reglas tradicionales, pero ambos preferirían enfrentarse de manera libre. De este modo, Tienen la libertad de inventarse sus propias técnicas, empero con dos reglas: 1- la actividad termina cuando lo digan. 2- No a los genitales.

Amor DonosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora