Gatito blanco

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Adrien Agreste

— ¡Ganamos!

Chat Noir, Ladybug y yo chocamos nuestros puños celebrando otra victoria. Éramos el mejor trío de superhéroes.

— Bueno chicas, me tengo que retirar —anunció Chat Noir— hasta pronto My Lady —y de repente esa mirada felina chispeante de energía y carisma se dirigió a mí. Tomó mi mano haciendo una leve reverencia y plantó un suave beso en el dorso de mi mano enguantada— nos veremos luego, Mon amour.

Mientras yo seguía plasmada en mi lugar lidiando con el calor que se expandía por mi cara y se instalaba furiosamente en mis mejillas, él con ayuda de su bastón se alejó de nosotras.

— ¡Puag! —Ladybug se estremeció en su lugar — el amor lo pone tan empalagoso.

— Es tan adorable —hablo hipnotizada sin dejar de ver por dónde se había ido el rubio.

— Como sea, hay que irnos o nos transformaremos aquí y alguien nos podría ver.

Ambas nos metimos en un callejón y nos destransformamos. Sí, ambas sabíamos nuestras identidades.

Ojalá pudiese saber la de Chat Noir.

— Maeve, sabes los acuerdos...

Ella me conocía. Después de todo, era mi hermana.

— Pero tu y yo sabemos nuestras identidades y no ha ocurrido nada —menciono— solo pasaría algo de ser posible que Hawk Moth se enteré y no tiene por qué ya que yo soy la más cuidadosa del mundo y Chat Noir no haría nada para ponernos en peligro.

Sentía mucha impotencia en ese momento.

Marinette me vió con esos ojos llenos de cariño, ella siempre ha estado para mí y siempre me daba su compresión y ayuda a pesar de jamás pedírsela. Ella me tomó las manos y suspiró.

— Ustedes no son el problema. Son las circunstancias, Maeve —habló suavemente— Es cierto que Chat Noir jamás haría algo para herirte o ponerte en peligro, es más, él siempre hallaría una manera de ponerte a salvó. Es esa misma razón, ambos tienen una debilidad por el otro y si Hawk Moth se llegara a enterar de eso, los usaría. Meave, no todos podemos tener lo que más anhelamos.

Asentí apartando mis manos de las suyas. Pasé por su lado adelantandome mientras ella me seguía en silencio. Miré la luna en el cielo y no pude evitar soltar algunas lágrimas las cuales aparte con rabia.

Como odiaba a Hawk Moth. Por su estúpida avaricia yo no podía ser normal ni feliz.























Corrí tan rápido como mis habilidades me permitían, lo cuál era bastante ya que la resistencia que tenía era impresionante. Saltaba de un edificio a otro en mis cuatro extremidades, ya haciéndose costumbre cuando utilizaba mi miraculous.

Después de un largo rato llegué a un edificio que me daba una vista perfecta de la torre Eiffel. Eran alrededor de las 2 de la mañana y me había salido de casa por la terraza ya que no podía dormir, me era imposible con la cabeza llena de pensamientos.

Tomé asiento al borde del edificio y me dispuse a respirar hondo con los ojos cerrados disfrutando de la suave brisa que movía mi larga trenza. El sonido no tan ruidoso de la ciudad y las luces preciosas de la torre me hacían sentir paz.

Miraculous [One Shots] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora