Capítulo 6

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A la mañana siguiente, no necesitó el despertador, los rayos del sol se encargaron de esa labor. Después de haberse arreglado y haberse peinado bien el pelo salió con desgana hacia el comedor para coger algo de comida.

Esa noche había dejado muchas lágrimas en laalmohada y tenía un poco de ojeras pero con agua fría se fue despertando poco a poco y ya no eran tan notables como antes.

El día anterior, Anthony la tranquilizó lo mejor que pudo en el cementerio, Dahlia lo acompañó a la enfermería y advirtió de los chicos que había dejado inconscientes en el suelo, después estuvo en su habitación unas horas, ya que el general Patton había dejado el resto del día libre porque mañana empezaría el duro entrenamiento, claramente ella seguía teniendo que entrenar.

Tan solo tenían descanso de una hora después de cada comida, eran muy estrictos, cuando salió, vio a los dos matones a los que se había enfrentado el día anterior. Estaban corriendo y había algunos soldados alrededor suyo controlando que cumplieran su castigo, al parecer llevaban corriendo desde que los recogieron del suelo. Dahlia no pudo evitar dirigirles una mirada furtiva y divertida.

En su horario tenía marcado: con el general Patton en el recinto , no quiso pensar mucho de que se trataba ya que en el fondo sabía que tendría algún tipo de entrenamiento que la dejaría demasiado agotada.

El recinto era como un anfiteatro antiguo en una hendidura del suelo, alrededor había vallas que no permitían salir al que se encontraba en la arena central, alrededor en forma circular estaban las gradas de piedra, la mitad estaba iluminado por el sol y la otra mitad estaba en sombra. En esa segunda parte, había algún que otro soldado que quería ver el entrenamiento, al parecer podía acudir todo el que quisiera divertirse un poco.

Cuando llegó a la arena, le extrañó ver que solo estaba el general y como no, con su cronómetro colgado al cuello.

-Buenos días, señorita Russo, siento decirle tan tarde que tomará clases extras para reforzar su fuerza al igual que su poder - el general se aproximó a un baúl que había a un lado y cogió dos espadas - me han informado que eres buena con la espada, muéstramelo enfrentándote a uno de mis soldados.

Por la puerta estilo románico, entró un soldado, alto, de piernas y brazos fuertes, portaba un casco y a un lado una espada.

Dahlia miró al general con algo de pena por si conseguía hacer que tuviera compasión por ella pero este en vez de decirle que se retirara, le señaló la zona donde podía adquirir un escudo o lo que necesitara.

Se apresuró y cogió un escudo azul, se colocó un casco marrón y cogió la espada que le estaba aproximando el general.

-Debe saber que sus poderes en el recinto son anulados, se hizo así para la práctica cuerpo a cuerpo - le informó a Dahlia desde una esquina.

Dahlia asintió decidida.

Ya lista, se puso en un extremo del anfiteatro, estiró un poco sus músculos y entrecerró un poco los ojos desafiantes.

-¡Podéis comenzar! - indicó el general haciendo un movimiento rápido con el brazo.

Su oponente no tardó en echarse encima, Dahlia esquivó su espada un par de veces saltando o hacia alguna voltereta en el suelo. La espada rozó su pelo haciendo que un mechón cayera al suelo, Dahlia se lo tocó y entonces contraatacó. Con ambas manos en la espada fue hacia su oponente e intentó acabar con él, pero este la detuvo con su espada, le dio un empujón y la tiró al suelo. Dahlia, agarraba con fuerza su espada y se levantó de un salto, estuvieron un rato intercambiando golpes de espada y mientras tanto el general hacía comentarios para que Dahlia mejorará en algunos movimientos.

El resurgir final (A.L.P) #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora