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Alex no estaba listo para ir a trabajar, estaba nervioso por proponerle matrimonio en unos días y hoy tenía una nueva paciente, su nombre es Jennifer Kirby, una niña de acogida de catorce años, estaba en un hogar abusivo protegiendo a sus hermanos menores.
Alex sabía que este caso iba a ser difícil porque sabía que Jennifer no creía que necesitara ver a un "psiquiatra", pero su madre adoptiva, María, decidió dejarla ir. Alex ha trabajado con niños en el sistema antes, pero Alex siente que Jennifer sería más desafiante.
"Oye, ¿por qué estás tan tenso?" Alex sale de sus pensamientos cuando Stephen se acerca, le frota los hombros y luego lo abraza por detrás.
"Nada, solo tengo un nuevo paciente hoy". Alex da una pequeña sonrisa revolviendo su azúcar en su café.
"¿Un niño adoptivo?" Stephen gira a Alex y lo abraza, Stephen siente que Alex asiente desde su lugar en el pecho de Stephen.
"Veo muchos niños, pero los niños adoptivos me afectan, no entiendo cómo alguien puede hacerle eso a su hijo". Alex exhala un suspiro tembloroso, los brazos de Stephen se aprietan alrededor de él.
"Yo tampoco bebé", murmura Stephen después de haber visto a muchos niños que necesitaban cirugía debido a algo que sucedió.
"Tal vez algún día, podamos adoptar niños". Alex insinúa un poco.
"Me encantaría." Stephen deja ir a Alex para que pueda hacer su café.
Alex reprime el gemido que quiere salir de su garganta ante la pérdida de contacto de Stephen.
"Buena suerte en el trabajo hoy". Alex tira un poco del uniforme de Stephen para que se agache, Stephen pone los ojos en blanco pero dobla las rodillas para que Alex pueda besarlo.
"Te amo", dice Stephen mientras sale por la puerta.
Alex tiene una sonrisa tonta en su rostro, con suerte, en unos días, esa sonrisa será más grande porque Stephen será su prometido.
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Alex estaba dando golpecitos con el pie, estaba esperando a Jennifer y Maria, su último paciente del día, después de la emotiva mañana que Alex tuvo, estaba listo para acurrucarse en la cama con un poco de helado.
"¡Adelante!" Alex grita cuando alguien llama a su puerta, esperando a Veronica pero se sorprende cuando María abre la puerta, tenía una chica rubia con ella que parecía aburrida.
"Hola Alex, gracias por recibirnos". María sonríe sentándose en la silla y Jennifer se sienta a regañadientes junto a María.
"Por supuesto, la sesión será de una hora y enviaré a Jenni cuando haya terminado, esta probablemente no sea una sesión única, por lo que deberás programar otra cita con Veronica después de que Jenni haya terminado", Alex le explica a María que asiente y se levanta.
"Por supuesto, sé buena Jenni". María tiene una sonrisa en su rostro cuando sale por la puerta.
"Comenzaremos con lo básico, ¿de acuerdo? Mi nombre es Dr. Alex Green, tengo 37 años". Alex le da una sonrisa amable a Jennifer esperando que hable.
"Soy Jenni Kirby, tengo catorce años, pero eso ya lo sabías". Jennifer se cruza de brazos.
"Sí, estaba en tu expediente". Alex señala detrás de él a su archivador.
"¿De dónde eres? Tienes acento". Jennifer espeta.
"Soy de Irlanda, me mudé a Estados Unidos cuando tenía 20 años", explica Alex resistiendo el impulso de decirle a Jennifer que ella también tenía acento.
"¿Por qué te mudaste a Estados Unidos?" pregunta Jennifer.
"Mis padres murieron, ahora, ¿sabes por qué estás aquí?" Alex vuelve a encarrilar la cita.
"Porque María cree que necesito ayuda." Jennifer se cruza de brazos.
"¿No crees que necesitas ayuda?" pregunta Alex.
"No."
Alex deja escapar un pequeño suspiro, ha visto casos como este antes, pero iba a ser más difícil para Jennifer abrirse.
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