[2] Baños escandalosos.

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¡Quédate quieto!

¡Shishishi!

Bañar a una pelusa no es fácil. No lo bañó porque quiso, sino porque sus pequeñas patas estaban ensuciando su hogar. Más limpio se percató de la extraña cicatriz en su pecho y la de su mejilla, la cual parecía tener dos puntos.

El niño no le permitió tocar mucho la de su pecho, la cual, por experiencia parecía más una quemadura. Pero no le dio demasiadas vueltas ya que no estaba preocupado por él, sólo curioso. También se dio cuenta de la incapacidad del niño de hablar. Lo había intentado, pero era como si estuviera hablando con un perro, también acompañado del hecho de que caminaba en cuatro patas.

Ahora, limpio y seco parecía un niño medio normal.

Tuvo que buscar una de las camisas más pequeñas que podía tener, pero fue casi imposible ya que al diminuto le quedaba enorme y tropezaba. Terminó recordándola hasta sus pequeñas rodillas. Cuando lo hizo el niño empezó a corretear en cuatro patas por toda la casa, algo que no le gustó a Crocodile ya que empezó a perseguirlo.

¡Detente!

¡Aaaah!

¡Tengo que cortarte el pelo!

¡Jijiji!— rió, subido encima de la mesa. El jarrón fue tumbado por él y se sintió victorioso. Luego se rascó la cabeza con su pierna derecha.

¡Baja de la mesa! —gruñó Croc bastante molesto.

Grrr.— imitó su expresión, después sonrió Cuando se intentó bajar de la mesa, el mayor logró atraparlo con éxito en pleno salto.

No puedes hacer eso, pequeña mierda.— le informó, colocándolo frente de su rostro. Algo que provocó un pequeño paro cardiaco en él fue cuando el niño lamió su rostro.

Pasó del asombro al asco y luego a una especie de ternura de manera rápida, luego volvió al asco y limpió su rostro con su camiseta—. No hagas eso.— le dijo con una voz severa. La pequeña mierda inclinó su cabeza hacia un lado, parecía no comprender pero mostró una sonrisa que apuñaló el corazón de Croc.

Ugh.— apartó su rostro para no ver al pequeño. Lo cargó contra su pecho y lo llevó hasta el baño de nuevo.

El niño apoyó su cabeza contra su pecho acompañado con una sonrisa radiante.

El niño apoyó su cabeza contra su pecho acompañado con una sonrisa  radiante

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Si no te mantienes quieto te voy a cortar las orejas.— Le dijo al niño, esta vez con una voz más calmada.

Ahora las orejas del chiquillo eran más visibles. Parecían orejas de un pomerania por lo redonditas que eran. También aprovechó para cortar el cabello de su cola, lo cual no puso muy feliz al niño. Al parecer le encantaba su larga y peludita cola.

No te quejes. Igual, no soy peluquero. Por lo menos agradeceme de hacer lo que estoy haciendo.

Hmm..— tan pronto como Croc terminó, se bajó de su asiento y miró hacia atrás para ver su cola. —Hmmmmm...— Luego miró a Crocodile, miró su cola y luego miró la cola del mayor. Era larga, varonil e imponente.

¿Qué?

El niño corrió hacia la punta de la cola del mayor, y éste apartó la cola, pero el cachorro la siguió. El mayor la movió de nuevo hacia el otro lado viendo como el niño empezaba a jugar con su cola hasta saltar a por ella y morderla.

¡Ey!

—¡Ey!

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El cocodrilo y su cachorro [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora