El cocodrilo y su cachorro [One Piece]

[5] Bola de Sol.

Alechanclau : Me gusta tu historia ^^, creo que sería una gran idea que croco tenga que ingeniárselas para hacerlo dormir un día que tenga mucha energía o que lo lleve al trabajo

—Es muy pronto para que andes molestando.

Luffy rodó hasta quedar al lado de Croc en la cama. Ya había pasado un mes desde que había acogido al niño en su hogar. Según Robin no se encontró ningún registro sobre la desaparición del cachorro por lo que la búsqueda de sus familiares era más complicada.

El niño se había traído su manta, almohada, algunos juguetes y los había dejado encima de la cama antes de acostarse al lado del mayor.

—Yo no pienso limpiar esto, ¿sabes?

El niño respondió a esto recorriendo su camión de bombero por encima del cuerpo del mayor mientras hacía sonidos del mismo.

El cocodrilo miró el reloj de su mesita, viendo que apenas eran las seis de la mañana. Soltó un amargo suspiro y golpeó su cabeza contra la almohada.

Ya eran apenas las diez del medio día, el cachorro corría de un lado a otro persiguiendo una pelota mientras que Crocodile hacía el desayuno de una manera lenta; estaba visiblemente agotado.

Su casa ahora parecía una guardería debido a los juguetes esparcidos por cada rincón de su lindo y cómodo ex-tranquilo hogar. Su nevera, donde normalmente había una dieta equilibrada y normal, habían frutas peladas y meticulosamente moldeadas en forma de dinosaurio, yogures de frutas con envases de dibujos, pack de zumos multifrutas con pajita de cartón...

Muchas cosas que nunca pensó que tendría en su casa.

—¡Te dije que en la cocina no se juega!— exclamó hacia el cachorro que había chocado contra la pierna del mayor

—¡Uuh!

—¿"Uuh"? ¿Acaso me estás reprochando? La última vez que jugaste en la cocina ya sabes como terminó, muchacho.— informó un amargado cocodrilo.

El pequeño asiente con una gran sonrisa y luego se va corriendo, como si no se hubiera despertado a la seis de la mañana y no estuviera molestando a Crocodile desde entonces. La única razón por la cual el mayor no dijo nada es porque se sintió orgulloso de verlo caminando a dos patas como la gente normal.

Sus enseñanzas daban sus frutos.

—No estires, no eres un perro.

Aunque técnicamente, biológicamente hablando sí lo era, pero bueno.

El pequeño dúo había salido a caminar por su zona, o más bien era un método malévolo de Crocodile para hacer que el niño se cansara y durmiera como un tronco. Lo tenía sujeto con un arnés de seguridad que se había aconsejado en páginas de padres —Croc jura que no era padre y no lo sería nunca.—

El pequeño tiraba porque siempre se emocionaba cuando salía, sobre todo si era con Crocodile. Strava emocionado para una nueva aventura con el mayor, pero éste se sentó en el banco vacío, luego le quitó el arnés y le dijo sé que fuera a jugar.

Habían llegado a un parque infantil. Niños jugando y correteando, padres hablando amigablemente entre ellos. Un paisaje común en los parques.

El antiguo mafioso se sentía incómodo porque nunca había estado en un parque. Pronto también notó la mirada de su cachorro quien parecía desconcertado.

—¿Qué quieres? ve a jugar con los demás niños, o lo que sea. — Y lo único que hizo el cachorro fue extender sus brazos para que el cocodrilo lo cargara— No. Tienes que relacionarte con los demás niños de tu edad.— Croc realizó un gesto con la mano indicando que se marchara, pero este no lo hizo.

Se levantó del banco, le dio media vuelta al niño y le dio leves golpecitos, empujándolo hacia adelante.

Y volvió a darse, media vuelta. Esta vez dando la mirada.

—Sabes que eso no funciona conmigo, mocoso.

Sus ojitos se volvieron grandes y brillantes.

—No puedes depender siempre de mí...

Pestañeó rápidamente acompañado de su mirada suplicante.

—...

Extendió sus bracitos nuevamente.

Crocodilo cargó al niño por quinta vez consecutiva y volvió a ponerlo en el principio del tobogán. Regresó al final de éste mientras veía como el cachorro se sentaba y se deslizaba por el juego. Soltó una carcajada debido a que se estaba divirtiendo.

—Hay más juegos aparte del tobogán, mocoso.— comentó, agarrando al niño por las axilas y acercandolo a su rostro. El cachorro agitó su cola con diversión esperando a que lo volviera a poner arriba de nuevo.

—Uuh...— Esta vez soltó Crocodile agotado pero volviendo a colocar al niño al principio del tobogán.

No lo importó el hecho de que hubiera otros niños esperando su turno, o padres queriendo acercarse a Croc para decirle que sus hijos también querían tirarse por el tobogán—tenían miedo, los dos metros de Crocodile eran aterradores para una persona común—, sólo quería que su pequeña mierda siguiera riendo-

¡Lo que quiere decir es que si s e está riendo es porque lo está pasando bien! ¡Si lo está pasando bien seguramente su energía se agote por lo que esta noche podrá dormir bien! Sí, eso era. Jura que no en el cachorro como SU cachorro —sí lo hacía, pero tenía un gran muro de orgullo que el lindo niño estaba demoliendo—.

Su día continuó llegando a comer a un McDonalds. No era muy fan de la comida rápida pero el pequeño no dejaba de ver la cajita feliz, así que hizo su trabajo y sacó su tarjeta de crédito, no sólo para comida, también para libros.

¿Qué edad debía tener el mocoso? ¿7 u 8?

De todos modos compró bastantes, pero no sabe porque si el cachorro no sabe ni hablar.

Y finalmente regresaron a casa alrededor de las cinco de la tarde. Los brazos de Crocodile estaban ocupados por las bolsas de sus compras y de un cachorro durmiendo contra su pecho. Se sintió satisfecho porque finalmente lograría tener un resto del día tranquilo.

Lo dejó en su cama y luego fue a atender las bolsas que quedaron en la entrada. Se puso a ordenar la casa, recogiendo los juguetes y colocando las cosas en su lugar nuevamente. Cuando lo logró se sentó y finalmente pudo encender un Puro tranquilamente.

Sacó el móvil agotado y cuando vio el mensaje en la bandeja de notificaciones quedó helado.

"Por nada del mundo debes hacer que se duerma por la tarde."