Nerviosa

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Piii, piii,piii
Otra vez la puta alarma de los cojones, creo que la voy a acabar tirando por la ventana. Hago la rutina de siempre solo que me pongo un top de nike de deporte y los nike pro, ya que Patri me ha dicho que vaya al gimnasio a hacer cardio y que me salte las clases, por que todo apunta a que me suban y tengo que exprimir todos los minutos que pueda estar jugando. Me pongo el sensor y la pegatina invisible, me pongo la glucosa necesaria y salgo de la habitación.
Voy al gimnasio y empiezo con la cinta hago unos 40 minutos a trote y luego 20 en sprint, después me dirijo a las escaleras y hago la primera serie en rápido para luego bajar a lento. Escucho como una persona entra a la sala cantando, creo que por la voz es quien creo que es.

- Almita, ¿qué haces aquí? - dijo Héctor, iba vestido con unos pantalones de entreno negros y una térmica corta blanca.
-Fort no empieces a tocar los cojones. - dije
- Eh que vengo en son de paz hostia, siempre pensando mal de mi. - dijo Héctor
- Estoy haciendo un poco de cardio pero ya he acabado, ahora haré unas dominadas y me voy.
- Yo hago unas pesas, cardio y unos masted-up.
- Vale. - dije yo

Cada uno íbamos a nuestra marcha hasta que necesite ayuda para colgarme de la barra.

- Oye Fort. - no quería pedirle ayuda, pero no quedaba otra.
- Alma, dime Héctor, que tampoco eres mi madre. - dijo riéndose.
- Héctor, puedes subirme a la barra, es que no llego a colgarme.
- Claro chiquilla. - dejó las mancuernas de 50 en el suelo y se dirigió hacia mi.

Me cogió de la cintura como si fuese una pluma, y es que pesaba casi la mitad de las pesas que él levantaba antes. Me cogí a la barra y Héctor se quedo atrás vigilándome. Hice una serie de 20 dominadas y otra serie de 10 con veinte kilos de añadido. Para bajarme, Héctor me cogió de la cintura y me dejo en el suelo tal y como me había levantado.

- Gracias Héctor. - dije
- No es nada, pero ahora necesito yo tu ayuda.
- ¿Qué hago?. - pregunté
- ¿Podrías subirte a mi? No lo digo en el mal sentido, es que quiero ver si puedo subir con más peso del que deja la máquina. - y es que eso era verdad, la máquina dejaba hasta 35 kilos de añadido.
- Vale, ¿cómo me subo?
- Pues enrosca las piernas en mi cadera y las manos en el cuello. - y nerviosa, así lo hice.
- ¿Así bien?
- Te subo un poco, que si no te haré daño sin querer. -
me cogió de casi el culo y me subió un poco, sin querer me toco el tanga por fuera.
- Perdona.
- No pasa nada hombre. - dije, empezaba a notar una parte dura en mi centro y al instante supe que era.
- Me cuelgo. - dijo nervioso.

Si Héctor estiraba un poco el brazo ya tocaba la barra, por lo que no le costó mucho. No se cuanto tiempo estuvo haciendo series pero cada vez lo notaba más duro y tenerlo a tan solo diez centímetros no ayudaba. Cuando acabó, se soltó de la barra y yo seguía arriba suya, hasta que me bajo y se alejó.

- Gracias por la ayuda Almita.
- Estamos en paz Héctor.
- Y suerte esta tarde con las chicas del primer equipo.
- Lo mismo digo. - y es que me había enterado de que llevaba unas semanas practicando con ellos.

Llegué a la habitación y me metí en la ducha. Me fui a comer, eran las 12:30 pero me daba igual. Fui a las máquinas y me pedí una ensalada con la fruta del día.
Llegue a la habitación con la bolsa de la fruta y me puse a hacer un haul de shein para tiktok, tenía una cuenta chorra para cuando me aburría.Enseñe los tops y vaqueros ya que venía el veranito. También unos bikinis de tanga monos.
Me tenía que ir a vestir y preparar ya que eran las 15:45 y el entreno empezaba a las 16:30.
Me puse la ropa del entreno turquesa y el pantalón azul con el tanga. Me hice una coleta con mi pelo liso y preparé la mochila. Puse mis botas de nike negras, mis espinilleras con mi nombre y la chaqueta, ya que estábamos en abril.

Me controlé el sensor y salí del edificio de La Masía, el Joan Gamper estaba al lado, pero se tenia que acceder desde la puerta de fuera por lo que me di un poco de prisa, ya que eran las 16:20. Llegué a la puerta a y 25. Estaban entrando todos los fichados de las jugadoras, mientras que yo iba a pie, que lamentable. Crucé la puerta de al lado con mi identificación y accedí al estadio, no entendía por que estaban los del primer equipo en el campo si se suponía que hoy entrenábamos las chicas. Me acerqué a donde estaba Aitana.

- Hola, soy Alma, entreno hoy con vosotras pero no se donde tengo que ir.
- Hola, ven conmigo y te lo explico, por si vienes más días.

Llegamos al campo y fuimos donde estaba Alexia, ALEXIA. Estaba flipando, en que momento soy una niña pequeña contándole a mi madre sobre mi sueño y un día estoy con la ganadora del balón de oro.

- Ale, está es Alma, entrenará con nosotras hoy. - dijo Aitana.
- Hola, creo que Jonatan ha dicho antes que no se quien nuevo tenía que hablar con él. - dijo Alexia. - Supongo que eras tú.
- ¿Dónde está Jonatan?
- Está con Xavi, al lado del banquillo.

Xavi, Xavi Hernández hablando con mi entrenador, ahora estoy que veo estrellas. Me dirijo hacia ellos.

- Hola Jonatan, soy Alma Herrera, Patri me dijo que viniese a entrenar hoy con las chicas de parte tuya.
- Hola Alma, encantado, antes te presento a Xavi, que supongo que le conocerás. -  dijo Jonatan. - Xavi, esta es Alma, la chica que te comenté.
- Hola Alma, encantado, según Jonatan tienes futuro eh. - dijo Xavi. - Hoy entrenaremos junto con los del masculino por petición nuestra, igual conoces a algún canterano que entrena como tú hoy.
- Puede ser.

Los entrenadores llamaron a todos los futbolistas y decidieron hacer parejas para pasarla o tiro a portería. A mi me tocó con Héctor ya que tenemos la misma edad y pensaron que nos conocíamos.

- ¡Almita! - dijo con burla Héctor, para luego abrazarme. - Que bien que nos toque juntos, por que te toca con Lewandoski y te desmayas.
- Gilipollas. - me separé.

Hicimos pases y tiros a puerta, la verdad que Hector tenía calidad.

HÉCTOR

Me había tocado con Alma de pareja, siendo sinceros es una niña muy maja y muy guapa. Me sorprendí por su forma de jugar, no era la primera vez jugando con ella, pero cada día me sorprendía más. Cuando acabo el entreno me despedí de ella con la mano, creo que no le había gustado mucho el abrazo de antes, y me fui con mis compañeros al vestuario.

- Héctor, ¿de qué conoces a esa chiquilla? - dijo Jordi
- Es amiga de La Masía, pero no te emociones que no nos llevamos muy bien.
- Pero si le has abrazado. - dijo Busi
- Por que estaba nerviosa y quería que le fuera bien hoy.
- Eso no se lo cree nadie.
- Hectorín, si te he visto hablar con ella varias veces por los pasillos. - dijo Fermín, o como le llamamos, Trujillo.
- No le caigo bien y es lo que hay. - dije
- Es que vas de chulo. - dijo Marc
- Que si venga, me voy a La Masia.
- No te enfades Hectorcito. - cada vez que podía, Trujillo me ponía un mote nuevo.

𝕷𝖆 𝕸𝖆𝖘𝖎𝖆- Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora