Las palabras se las lleva el viento

5. Hermanos

- Y bien , cuéntame ¿Qué problema de pareja has tenido? – Pregunta Touya una vez invitado a pasar a su hermano menor a la sala, mientras prepara un café para ambos.

Shoto lo mira sorprendido. Apenas si lo ha saludado ¿Cómo demonios se supone que Touya sabe el motivo por el que está allí?

El ex villano sonríe: - Toda la jodida familia ha venido aquí como toda drama queen cuando se pelean con su pareja – Le explica el motivo de su premonición al bicolor que esta sentado, completamente desconcertado, en su sala – Natsuo cuando peleó con su novia antes de casarse. Fuyumi cuando se separó de su exnovio, incluso nuestra madre poco después de divorciarse del viejo...-

- ¿Y Endeavor, ha venido?

Touya lo fulmina con la mirada.

- No te abuses de mi hospitalidad, hermanito – le responde sarcásticamente mirándole de reojo mientras le sirve el café – Pero sí, ha venido. Y lo eché a patadas.

Si bien Touya había hecho las pases con su familia luego de salir de prisión, al igual que todos todavía no mantenía una relación muy amistosa con su padre. De hecho, podría decirse que Shoto era el único que tenía una buena relación con él, ya que trabajaba en su agencia.

- Entonces, - retoma la palabra el peliblanco – Dime ¿Quién te ha roto el corazón?

El menor de los Todoroki suelta un largo suspiro, para luego contarle toda la historia a su hermano mayor; omitiendo únicamente la identidad de Bakugo. La charla duró más de hora y media de monologo del bicolor, donde Touya no lo interrumpió ni una vez, escuchando detenidamente al menor.

Hasta que éste concluyo su historia.

- Si esto comenzó en la U.A., entonces debe ser uno de tus compañeros – Razonó para si mismo en voz alta.

Auch, menudo idiota. Pensó Shoto y Touya, tomando su silencio como una afirmación agregó: - Debí haber matado a ese chico explosivo cuando tuve la oportunidad... te hubiese ahorrado mucha mierda hermanito.

- ¡TOUYA! – Grito casi inconscientemente Shoto, al verse al completo descubierto. Se sintió estúpido por el ignorar lo cuan inteligente era el mayor de sus hermanos. Se ruborizó al instante - ¿Qué acaso cuando te quitaron el don de fuego te dieron el de adivinación? – Touya sonríe en respuesta.

Por supuesto que el primogénito de Enji Todoroki no salió inocente de la guerra entre héroes y villanos. Al finalizar la guerra, fue apresado y lo visitaba a diario una psicóloga. Estuvo allí muchos años hasta que le ofrecieron cumplir antes su condena a cambio de que le quitaran su don.

Touya aceptó. Se despidió gustosamente del fuego que tanto había odiado, salió de prisión, perdonó a su familia y se fue a vivir al campo.

Pero nada de ello borraba su pasado.

- No, Shoto. Pero he vivido lo suficiente como para ser observador y saber muchas cosas – Dijo – Te diré algo que debí decirte hace mucho tiempo... lo siento. - Shoto no sale de su asombro por escuchar las palabras de su hermano. – De todos, tú te has llevado siempre la peor parte. La mierda del viejo la hemos recibido todos, pero tú también tuviste que cargar con la de nuestra madre – el bicolor se lleva una de sus manos hacia la cicatriz – Y aunque creas que todo eso está en el pasado, no lo está, hermanito. Porque solo una persona que está destrozada por dentro acepta un amor de alguien que no se atreve a revelarlo al mundo. Solo alguien roto acepta un amor que no merece. Y eso es la culpa de toda la puta familia, de todos nosotros.

Shoto quisiera responder algo, pero no puede. No se percató de en qué momento las lágrimas habían comenzado a brotar de sus ojos.

- Puedes quedarte el tiempo que quieras. Tienes una habitación abajo. La única condición es que trabajes, nadie se queda gratis y necesito ayuda ahora que está por comenzar la cosecha. En especial con estos desgraciados – Le dice el peliblanco mientras señala hacia donde está el establo de los caballos. Luego se marcha hacia su habitación en el piso de arriba.

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Los días se transformaron en semanas y las semanas en meses.

Shoto se encontraba muy a gusto viviendo con Touya. Para su sorpresa se llevaban increíblemente bien, recuperaron el tiempo de fraternidad que no habían podido tener de niños.

Al bicolor la personalidad de su hermano le recordaba mucho a Katsuki. Siempre molesto y lanzando improperios. Eso le hacía sentir entre feliz, nostálgico y molesto.

Durante los tres meses que vivió con Touya, el cenizo le escribía a diario. Nunca le dijo donde estaba, pero supuso que pronto todos se enteraron una vez que le dio aviso a su agencia y padre que viviría un tiempo con su hermano. Shoto nunca respondió ni uno de sus mensajes, pero los leía.

"Me alegra que estés pasando tiempo con ese imbécil, porque sé que le estimas mucho" Le escribió una vez Bakugo.

Los chismes volaban. Literalmente.

Una mañana, cuando estaba por salir al establo para darle de comer a los caballos, al abrir la puerta Shoto se encuentra con una pluma en la entrada de la cabaña. Una pluma grande, de color rojo.

Una pluma que ha visto antes.

Se voltea hacia su hermano mayor que estaba detrás de él mirando lo mismo que él y se sonríe del hecho de que, a pesar de la historia difícil que habían tenido ambos, pudieran hablarse con miradas como lo hacen cualquier par de hermanos.

" ¿Tienes algo que preguntar, Shoto? " Fue lo que decía la mirada fulminante que le lanzo su hermano una vez que tomó la pluma en sus manos.

"En lo absoluto" Fue lo que respondió el semblante serio de Shoto, depositando la pluma en el mismo lugar donde la había encontrado.

Esa noche Touya no durmió en casa. Cenó con el bicolor, pero cuando éste en medio de la noche subió al piso de arriba para ir al baño noto que el mayor no estaba.

Lo mismo sucedió cada día que Shoto encontraba plumas rojas en la puerta de la cabaña. En esa misma noche, Touya se ausentaba.

El bicolor se lamentó que de ambos corrieran la misma suerte en las relaciones.

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Estaba alimentando a los caballos cuando recibe el mensaje.

"Éste sábado será mi boda con Camie. Lo haremos pronto antes de que se complique hacerlo con su embarazo. Sé que estás viviendo con el idiota, pero quisiera que vinieras. No podré hacerlo sin ti" Decía.

Es realmente cínico. Pensó el bicolor, pero aun así se dispuso a armar sus maletas.

- ¿Qué haces? – Le pregunta Touya.

- Ya no puedo seguir escapando. Es hora de enfrentar la realidad – Le respondió el bicolor.