Albus Potter está enamorado. Lo lleva estando desde el primer año, aunque en ese momento no lo sabía, por supuesto. Recordaba vagamente el día de la selección y como, por miedo al rechazo de su familia, había rogado que no lo colocaran en Slytherin como planeaba el sombrero seleccionador.
Fue sorteado en Gryffindor, como todos esperaban, y pensó que al fin podría empezar a sentirse aceptado por su hermano, James, pero triste fue su sorpresa cuando el mayor solo le miró con indiferencia y siguió conversando con sus amigos. Albus siempre había sido un niño sensible, y las lágrimas que se formaban por el rechazo de su hermano peleaban por salir.
Sin ganas de que alguien lo viera llorar en su primer día en Hogwarts, se levantó con intenciones de ir al baño.
—¿Todo bien, Albus? — dijo su primo Hugo, quién tambien había sido sorteado en Gryffindor.
—Si, solo necesito ir al baño — contesto rápidamente, rogando que no se notara el nudo en su voz.
Sin más, caminó rápidamente hacía la salida del gran comedor, pero al estar con la mirada hacia el suelo para que nadie notara sus ojos llorosos, terminó por tropezar con alguien que iba entrando.
—Lo siento, no miraba por donde iba...
— No pasa nada...¿estás bien?—preguntó una voz suave.
Cuando Albus levantó la mirada para ver el dueño de esa dulce voz, y sintió cómo su mundo se detenía. Ojos grandes y de un gris etéreo le regresaban la mirada. Era como ver dos estrellas de cerca. Un suave carraspeo por parte del otro logró sacar de su estupor al moreno, dándose cuenta que no había respondido la pregunta del chico, quién ya empezaba a mirarlo como si estuviera tonto.
—Ah...si...estoy uhm...bien — balbuceó.
Albus quería que se lo tragara la tierra, las lágrimas olvidadas para ser reemplazadas por un sentimiento de vergüenza por cómo se estaba comportando frente al chico de ojos lindos; el mismo que ahora le sonreía divertido.
—Vale, me algra que lo estés — dijo para luego seguir su camino.
Albus se quedó parado ahí por unos minutos y cuando se dió cuenta que ya empzaba a llamar la atención de los estudiantes cercanos, camino de regreso a la mesa de Gryffindor, sentándose junto a Hugo que deboraba un pudding de fresas.
— ¿No ibas al baño? — preguntó Hugo con la boca llena.
—Se me fueron las ganas.— dijo distraído
Hugo se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Estaba acostumbrado a las rarezas de su primo.
Albus buscó con la mirada esperando ver al chico de cabellos rubios. Cuando lo divisó, sintió otra vez ese cosquilleo en su pecho, de pronto tenía muchas ganas de conocerlo y volverse su amigo. Gran fue su desilusión al notar que en la mesa que estaba sentado, era la de las serpientes.
Durante la ceremonia del sombrero seleccionador había estado tan nervioso que ni había notado al chico y mucho menos cuando había sido seleccionado a Slytherin.
No odiaba a la casa del fundador Salazar, a diferencia de su hermano, quien no perdía oportunidad para hablar cosas terribles de ellos. Su padre le había enseñado que todas las casas tenían magos buenos y malos, y que no debía dejarse llevar por apariencias u opiniones ajenas sin conocer primero a sus compañeros de otras casas.
Aun así, su deseo de saber más sobre el Slytherin fueron aplastados por ese miedo al constante rechazo de James. Odiaba admitirlo, pero desde pequeño había admirado y casi envidiado a su hermano, quién era todo lo que el no. Bueno en los deportes, en las clases, tenía cientos de amigos y una seguridad en sí mismo que hacía que los demás inevitablemente flotaran a su alrededor, esperando ser notados por el hijo mayor del salvador del mundo mágico.
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Accidentally in Love
RomanceAlbus esta enamorado. Scorpius solo quiere estudiar y que James Potter lo deje en paz. Disclaimer Los personajes, lugares y hechizos son propiedad de J. KRowling. No hay retribución monetaria con la publicación de esta historia. Esta escrita para me...