₊˚♡ 𝐉𝐀𝐘

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El sol se hundía tras los rascacielos de Ninjago, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas

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El sol se hundía tras los rascacielos de Ninjago, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas. Estaba en la azotea del monasterio, perdido en mis pensamientos mientras observaba el horizonte. El día había sido largo y agotador, pero encontrar un momento de paz en la azotea siempre me ayudaba a recargar energías.

Sin embargo, esta vez no estaba solo. ____, la maestra de la velocidad, se unió a mí en la azotea. Su presencia era como una ráfaga de aire fresco, y aunque siempre parecía estar llena de energía, hoy sus hombros parecían un poco caídos.

¿Todo bien, ____? —pregunté, dando un paso hacia ella.

Ella levantó la mirada y me ofreció una sonrisa forzada. —Sí, Jay. Solo un día agotador, ya sabes.

Asentí, pero algo en su voz me decía que había algo más en juego. Nos conocíamos lo suficientemente bien como para saber cuándo algo no estaba bien. Me acerqué un poco más y me apoyé en la barandilla junto a ella.

Pareces un poco distraída, ____. ¿Hay algo que quieras hablar? —pregunté, tratando de sonar lo más amable posible.

____ exhaló lentamente y luego se giró hacia mí, sus ojos brillando con sinceridad. —Jay, ha habido algo en mi mente últimamente. Algo que he estado pensando mucho.

Mi corazón latió más rápido, anticipando lo que podría estar a punto de decir. ____ y yo habíamos sido amigos cercanos durante mucho tiempo, habíamos compartido tantos momentos juntos como miembros del equipo ninja. Pero en los últimos meses, había sentido que nuestra relación había evolucionado de alguna manera, y no podía evitar preguntarme si ella sentía lo mismo.

—¿Qué es, ____? Puedes decírmelo —dije, mi voz apenas un susurro.

____ me miró directamente a los ojos, su expresión seria pero llena de emoción. —Jay, desde que comenzamos esta aventura como ninjas, he sentido algo especial por ti. Algo que va más allá de la amistad y la camaradería. No puedo evitar sonreír cuando estás cerca, y cada vez que enfrentamos un desafío juntos, siento una conexión aún más profunda.

Mi corazón pareció detenerse en mi pecho mientras la escuchaba. Las palabras que había estado guardando en el fondo de mi corazón, las palabras que no me había atrevido a expresar, estaban flotando en el aire entre nosotros. La tensión romántica que había sentido no era solo un producto de mi imaginación.

—____, yo también siento eso —confesé, mi voz cargada de emoción—. No puedo evitar pensar en ti todo el tiempo. Cada sonrisa, cada conversación, cada momento que compartimos... significan mucho más para mí de lo que puedo expresar con palabras.

Un atisbo de alegría iluminó los ojos de ____, y en ese momento, sentí una mezcla de alivio y emoción abrumadora. Había sido valiente al hablar primero, y ahora parecía que ambos estábamos liberando lo que habíamos estado guardando.

No quiero que esto quede sin decir, Jay. No quiero ignorar lo que siento por ti. Y si no sientes lo mismo, lo entenderé, pero necesitaba decirlo.

Me acerqué un poco más a ella, mi corazón latiendo salvajemente. No podía dejar que esta oportunidad se escapara, no cuando sentía lo mismo por ella, no sin más.

—____, no tienes idea de cuánto significas para mí. Cada día contigo es una aventura, un recordatorio de cuánta suerte tengo de tenerte en mi vida. Y sí, siento lo mismo por ti. No quiero ignorar lo que hay entre nosotros.

____ sonrió, y todo en mi mundo pareció caer en su lugar. Extendí mi mano y acaricié su mejilla con suavidad, mi pulgar rozando su piel con ternura.

—Jay, a veces me pregunto cómo sería si no fuéramos ninjas, si pudiéramos vivir vidas normales.

La miré a los ojos, nuestras miradas conectadas en un momento de complicidad y vulnerabilidad compartida. —A veces también me lo pregunto, ____. Pero una cosa es segura: pase lo que pase, siempre estaremos juntos en esto.

____ asintió, y un pequeño silencio cómodo se estableció entre nosotros. La luz del atardecer bañaba todo en tonos cálidos y dorados, y me di cuenta de que este era un momento que nunca olvidaría.

Jay, ¿puedo preguntarte algo más? —dijo ____ con voz suave.

Por supuesto, ____. Puedes preguntarme cualquier cosa.

Ella tomó un aliento profundo antes de hablar. —¿Te gustaría... dar un paseo por la ciudad? Solo tú y yo.

Una sonrisa se formó en mis labios mientras asentía. —Me encantaría, ____. No hay ningún lugar en el mundo al que preferiría ir más que contigo.

____ sonrió también, y en ese momento, supe que estábamos comenzando un nuevo capítulo en nuestras vidas. No sabíamos qué depararía el futuro, pero estábamos dispuestos a explorarlo juntos. Tomé su mano en la mía y entrelacé nuestros dedos, y juntos, comenzamos a caminar hacia el horizonte, hacia el futuro lleno de posibilidades que compartíamos.

 Tomé su mano en la mía y entrelacé nuestros dedos, y juntos, comenzamos a caminar hacia el horizonte, hacia el futuro lleno de posibilidades que compartíamos

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₊˚💭 Gracias por leer ♡.

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