₊˚♡ 𝐊𝐀𝐈

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La primera vez que vi a ____, su cabello (c/c) ardiente se alzaba como llamas vivas, y sus ojos desafiantes me miraban como si ya supiera que estábamos destinados a chocar

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La primera vez que vi a ____, su cabello (c/c) ardiente se alzaba como llamas vivas, y sus ojos desafiantes me miraban como si ya supiera que estábamos destinados a chocar. En el Templo de los Elementos, nuestras miradas se cruzaron y, en ese momento, supe que esta maestra Elemental de la Flama iba a ser un desafío como ningún otro.

"¿Así que eres el famoso maestro elemental de la Fuego?" sus palabras eran afiladas, llenas de sarcasmo y una chispa de desafío.

"Y tú debes ser la maestra Elemental de la Flama. Parece que tendremos que ver quién maneja mejor estas llamas", respondí con una sonrisa burlona.

Desde entonces, cada encuentro entre nosotros se convirtió en un duelo encubierto de palabras y habilidades. Creábamos formas de fuego intrincadas, lanzábamos proyectiles ardientes y desafiábamos a las llamas a seguir nuestro ritmo. Cada vez que pensaba que había ganado, ____ encontraba la manera de sorprenderme.

Nuestra rivalidad se convirtió en una danza peligrosa, una coreografía de chispas y provocación. Cada conversación era un duelo de ingenio, y cada enfrentamiento se convertía en un desafío para ver quién cedería primero. No podía negar que disfrutaba cada momento de esa tensión, una que encendía algo más que mi espíritu competitivo.

A medida que nuestras interacciones continuaban, comencé a notar sus detalles más allá de su postura desafiante. Observé cómo sus ojos brillaban con pasión cuando controlaba las llamas y cómo su determinación era digna de admiración. Cada vez que la veía en acción, mi corazón latía un poco más rápido, y no solo debido a la emoción del desafío.

Una tarde, mientras estábamos entrenando en la cima de una colina, la atmósfera cambió. ____ se detuvo después de un enfrentamiento particularmente animado y suspiró suavemente. La vi mirar el horizonte, con una expresión pensativa en su rostro. No pude evitar acercarme.

"¿Estás bien?" pregunté, y me sorprendí por la suavidad en mi voz.

____ me miró, sus ojos pasando de distantes a enfocados en un instante. "Sí, solo estaba pensando en cómo la llama siempre encuentra una manera de arder, sin importar los desafíos."

Asentí, compartiendo su sentimiento. "Tienes razón. La llama es implacable. Siempre encuentra su camino."

A partir de ese momento, nuestras provocaciones y juegos de palabras disminuyeron. La competencia seguía, pero ahora también había camaradería en nuestra interacción. Empecé a notar su sonrisa genuina después de una victoria mía, y me encontré admirando su habilidad de controlar las llamas de una manera que me dejaba sin aliento.

A medida que compartíamos risas y desafíos, comenzaron a crecer otros sentimientos. Admiración, respeto y un deseo cada vez mayor de conocer a la verdadera ____ detrás de su máscara de maestra elemental. La tensión entre nosotros ya no era solo provocación; ahora había un atisbo de atracción en el aire, algo que encendía una chispa en mi interior cada vez que estaba cerca.

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