₊˚♡ Historias cortas de los personajes de Ninjago x Lectora.
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El silencioso murmullo de la noche rodeaba el Monasterio de Spinjitzu mientras avanzaba sigilosamente por los oscuros pasillos. Mi corazón latía con una mezcla de emoción y nerviosismo. Había conseguido escapar de mi agotador entrenamiento ninja con el único propósito de encontrarme con ____, la maestra de la Luz, la persona que compartía conmigo un amor secreto que debíamos ocultar.
Finalmente, la encontré en uno de los jardines secretos del monasterio, iluminado por la luz suave de la luna. Ella estaba ocupada cuidando sus preciosos bonsáis, sus manos expertas acariciando cada hoja con delicadeza. La vista me robó el aliento, pero lo que realmente me conmovió fue la sonrisa que se formó en su rostro cuando me vio.
"¿Cole?", susurró, su voz revelando sorpresa y alegría.
Me acerqué a ella, incapaz de contener mi sonrisa nerviosa. "____, no podía esperar más para verte."
Ella dejó su tarea a un lado y se levantó, acercándose a mí. "Cole, siempre encuentras la manera de sorprenderme." se detuvo frente a mí, y nuestros ojos se encontraron en un instante lleno de amor.
Tomé sus manos en las mías y acaricié sus nudillos con ternura. "No puedo soportar estar separado de ti. Somos ninjas, sí, pero también somos humanos y tenía la necesidad de verte"
Ella asintió, su mirada aún clavada en la mía. "Tienes razón, Cole. A veces, necesitamos momentos como estos para recordarnos a nosotros mismos quiénes somos en realidad."
Me incliné y la besé suavemente, deseando transmitir todos mis sentimientos a través de ese gesto. "Eres la razón por la que mi corazón late con tanta fuerza, cariño."
Ella sonrió, sus ojos brillando de emoción. "Y tú eres el único que puede hacer que mi corazón se sienta completo."
Nos sentamos juntos en el suelo del jardín, cerca pero sin tocarnos. Hablábamos en susurros, compartiendo pensamientos íntimos y sueños que habíamos mantenido ocultos durante tanto tiempo. Nos dimos cuenta de que nuestro amor secreto era algo hermoso, algo que debíamos proteger y atesorar.
Las horas pasaron volando mientras disfrutábamos de la compañía del otro, cada momento lleno de risas y conversaciones profundas. Incluso canté una melodía suave, mientras ella cerraba los ojos y se dejaba llevar por la música.
Cuando finalmente nos levantamos para regresar al monasterio, tomé la mano de ____ con determinación y la miré a los ojos. "Te prometo que siempre encontraré una manera de estar contigo. Nada nos separará."
Ella asintió con una sonrisa tierna. "Y yo prometo lo mismo, Cole. Somos dos almas destinadas a estar juntas, sin importar los desafíos que enfrentemos."
Con nuestras promesas selladas y nuestros corazones llenos de amor, ____ y yo regresamos al monasterio, listos para enfrentar el mundo juntos, sabiendo que nuestro amor secreto era nuestra mayor fortaleza.
