La puerta al infierno

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Me tiemblan las manos. He recorrido este pasillo un par de veces, pero se siente como si hubiesen pasado días. Mis padres están al otro lado de la puerta, que está sellando la única entrada a la habitación principal de la casa. Está cerrada con llave. No me dejan pasar, incluso cuándo les rogué que lo hicieran. Mis piernas desnudas parecen desvanecerse, hace mucho frío.

Mis manos siguen temblando y a la par se escucha un ruido agudo incesante en la parte posterior de mi cabeza. Me está matando. La sangre fluye por el suelo, construyendo un camino brillante y lacio hacía la cocina. Mis piernas vuelven a su lugar, y comienzo a caminar hacía esa puerta, con rabia. Mis padres son los últimos que quedan. Mi hermano ya no está, y soy culpable de ello. Ahora es turno de ellos. Es su turno de pagar cada segundo que me hicieron pasar en el mismo infierno.

Fragmentos de una mente putrefactaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora