Parte 2

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Ahora se encontraba sentado en la parte trasera del auto, escuchando la música infantil y el canto por parte de ambos, quienes también se encontraban bailando. No sabía en qué momento había aceptado la invitación del mayor, pero por el momento no se arrepentía de nada.

Sonrío inconsciente al pensar en el gran padre que era el señor Suppasit y lo mucho que se notaba el amor que le tenía a su cachorro.

Siempre pensaba en que quizás en otra vida pudiese encontrar al amor de su vida, casarse, ser marcado y sobre todo tener cachorros... Pero nada de eso le sería posible, pues ningún alfa se fijaba en un omega recesivo, ya que todos soñaban con tener una gran manada de cachorros y para eso necesitaban a un omega con altas posibilidades de embarazarse, no alguien como él, al cual le era casi imposible.

Minutos después por fin habían llegado a la casa del alfa, la cual no era ni muy grande, ni muy pequeña, era perfecta para una familia. Tenía una hermosa entrada y un hermoso patio.

Todos los que se encontraban dentro del auto bajaron y comenzaron a caminar hacia la casa.

Mew saco su llavero e introdujo una de las llaves en el seguro de la puerta y luego la abrió para adentrarse en la casa. El pelinegro pidió permiso y luego entro. Aquello había sido como un disparo, pues todo el olor de las feromonas que se encontraban dentro, comenzaron a introducirse por las fosas nasales del menor, despertando la emoción de su lobo.

Gulf siguió caminando mientras observaba con detalle aquella casa, estaba perfectamente limpia y bien ordenada, cosa que le gusto bastante.

—Si quieres puedes tomar asiento en el sofá, le daré una ducha a Kai para colocarle su pijama y bajaré enseguida— Informo mientas se quitaba el saco de su traje y aflojaba su corbata.

Gulf comenzó a cuestionarse si realmente había sido buena idea ir a la casa del mayor, pues su celo estaba a nada de llegar y las feromonas lo estaban volviendo loco.

El alfa subió rápidamente junto al pequeño dejando así al omega completamente solo.

No sabía si era por los nervios o por las feromonas que envolvían cálidamente su cuerpo, pero sentía que estaba a punto de perder la razón. Además se sentía culpable por haber estado en la casa del padre de uno de sus alumnos, ya se imaginaba los rumores que habrían si alguien los hubiera visto.

Gulf tomo asiento en el sofá y se dedicó a recorrer la sala de estar con la mirada. En la pared pudo notar fotos del alfa junto a su cachorro y su ex esposo. Era realmente un omega muy hermoso, su rostro era perfecto al igual que su cabello, todo lo contraria a él, quien creía que aparte de un omega inútil era cero atractivo. Ahí fue cuando la realidad lo golpeó, si su ex esposo era tan hermoso, el alfa jamás se fijaría en él, pues al parecer sus estándares eran altos y él no estaba ni cerca de llegar, o eso era lo que creía.

Si, Gulf era un omega bastante inseguro ya que a lo largo de su vida había recibido humillaciones, insultos y burlas no solo hacia su físico si no que hacía su género secundario; omega recesivo. Lo odiaba, odiaba saber que era un omega pero que no podía dar vida. Siempre creía que moriría solo por qué nunca llegaría nadie que lo amara por tal y como es.

Unos cuantos minutos pasaron y ambos Suppasit por fin habían bajado a la sala de estar.

Mew pudo notar como el menor estaba mirando fijamente la foto familiar que tenía colgada en la pared. Curioso, se acercó hasta él. Gulf noto su presencia y sonrió nervioso.

—Él es un omega muy hermoso— Alagó con su mirada puesta sobre aquella foto.

—Lo es, pero conozco a un omega que es mucho más hermoso— El menor desvío su vista y se concentro en el castaño.

el novio de mi papá ⭐ MEWGULF Donde viven las historias. Descúbrelo ahora