CENA APOCALIPTICA

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NOA

El camino hacia el restaurante es largo pero entretenido ya que mi querido acompañante no deja de meterme mano, a parte las vistas de la carretera son preciosas, las farolas alumbran un bonito parque lleno de árboles verdes, y un lago, que en segundos voy dejando atrás. 

El coche se estaciona en  uno de los sitios más lujosos que he visto nunca, hay un jardín enorme, con una fuente de dos ángeles en medio, a la izquierda hay como una especie de estanque, en los que se puede apreciar los patos nadando.

El chófer para y me abre la puerta, me dispongo a salir, cuando siento que algo me tira hacia atrás. Jean me suelta un casto beso en los labios.-Ahora ya si puedes bajar.-Él me sigue. Él chofer cierra la puerta y se monta en el coche.

Entramos en una amplia recepción donde enseguida vienen a llevarnos a la mesa dónde nos espera su familia. La mesa dónde nos deja el mesero está junto a un ventanal, dónde tiene unas magnificas vistas, el lugar es exquisito. La mesa tiene 4 clases de cubiertos, adornados por una vajilla con bordes de oro, una vela al centro, junto con unas copas y copas de tuvo. Sus padres se levantan a saludar, su padre me da dos besos y me observa de arriba abajo, mientras su madre abraza amorosamente a su hijo.-Mi niño estas precioso, hacia tiempo que no te veía.-Él gira los ojos y le devuelve el beso a su madre.-Hacía tiempo que no te veía por la empresa madre.-Mira ella es Noa.-Dice cambiando de tema. Su madre me observa y me sonríe con calidez.-Perdona, es que es que hacía tiempo que no veía a mi niño.-Le sonrío y le hago un gesto con la mano restándole importancia. Nos sentamos en la mesa mientras sus padres me cosen a preguntas y me siento como en un interrogatorio. El camarero sirve vino mientras su padre nos comenta que vendrán en breves su tía sofí y su sobrina Micaela.-Deberías decírselo.-Dice su madre cogiendo la mano de Lambert. -Jean, tu padre quiere que deje la empresa, el ya está prácticamente jubilado y hemos pensado que como tenemos suficiente dinero y buena pensión de jubilación , pasar los días que nos quedan recorriendo el mundo. Jean sonríe con ternura.-no es problema madre, encontraré a una sustituta, aunque no se si lo hará tan bien como tú. Me mueven sus palabras en lo mas dentro de mi ser. Me toco la barriga por instinto y sonrío. A los pocos minutos de silencio , unos sonidos de tacones nos sacan de nuestros pensamientos. Viene una mujer corpulenta de tener cara de pocos amigos, y junto a ella una chica de mi edad bastante guapa, debe ser la tía y la prima.

-Por eso amor quiero que metas a tu prima en mi puesto.-Dice la madre

-¿Qué?-Dice Jean, se nota que está molesto y no le hace gracia.-Entonces era una encerrona. Le cojo la mano por debajo de la mesa y noto como se calma.

-No madre, por ahí no paso, una niña de papá que no sabe dónde tiene la mano derecha no va a trabajar en mi empresa, ni siquiera tiene la E.S.O por dios.

-Un respeto a tu prima.-Salta diciendo la tía de Jean, Sofí.-¿Cómo te atreves a hablarle así?

La prima pone cara triste, pero veo en sus ojos brillar la satisfacción de la disputa. 

El señor Lambert da un golpe a la mesa.-Tu prima trabajará contigo y no hay más.

Vámonos Noa, me dice Jean, levantándose de la mesa y empezando a andar hacia la puerta mientras llama al chófer por teléfono.

Salgo casi corriendo detrás de él, pero por unos segundos lo pierdo de vista y es cuando siento un golpe en mi cabeza, un mareo y todo tornándose negro. Lo único que escucho es una voz lejana que me grita pero no logro entender nada de sus palabras.



Me voy despertando por un fuerte dolor de cabeza, siento el ruido del motor de un coche y el murmullo de unas voces, mientras voy recuperando  la conciencia siento los baches de la carretera, los murmullos se hacen cada vez más claros y voy sintiendo los pequeños rayos de sol que me van traspasando los ojos. Intento abrirlos pero no puedo, el fuerte dolor de cabeza no me deja. ¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy?

-Se está despertando.-Oigo una voz y enseguida vuelvo a sentir otro golpe, la frente me quema, y lo último que siento es un sabor metálico que llega a mis labios.

Despierto en una especie de zulo, me duele todo el cuerpo , instintivamente me acuerdo de mi bebe y me llevo la mano a la barriga. No puede ser. ¿Qué ha pasado? Trato de moverme pero no puedo, tampoco hago mucho esfuerzo.

Me dedico unos minutos para evaluar la habitación. Hay unas ventanas, dónde se puede ver el exterior, pero tiene unos barrotes que no puedo romper. Sólo tengo una cama, con un estante de libros, me echo las manos a la cabeza y empiezo a llorar frenéticamente.

¿Qué había pasado? Lo último que recuerdo es yo saliendo del restaurante buscando a Jean. Y nada más

Oigo la puerta y me quedo mirando...... ¿Qué? No me jodas......¿tú?


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