Impuros

Capitulo. 4

Ashton.

Socios.

Miro  al bebe que tengo en brazos mientras sonrió, no cabe duda que mi padre se fue pero la ausencia fue repuesta por el pequeño ser de ojos azules que me mira con inocencia pura, aun me duele que su abuelo no la haya disfrutado tanto como se merecían ambos.

—Ashton tiene hambre damelo—Se queja mi hermana extendiendo los brazos para que se lo de.

—No tiene hambre, acaba de comerse tres golosinas—Pongo al niño en el suelo y sale corriendo hacia los columpios que hay en la zona infantil de mi hospital.

—Eres el peor tio del mundo—Murmura volviendo a guardar el taper de comida que ya había sacado.

—Soy el mejor—Hablo viendo al  pequeño que me saluda con la mano antes de girarse a jugar con otros niños.

Han pasado dos años y un par de meses desde que nacio y cada dia trato de disfrutarlo mas, el primer año casi no la disfrute, estuve muy ocupado con los negocios, deudas, proyectos e incluso el odio inhumano que le tenia a ciertas personas.

El tiempo fue avanzando y lo deje pasar, como quien dice el tiempo lo cura todo, no podía seguir envenenando mi alma odiándolos mas cada dia que pasaba asi que simplemente lo deje estar, enterré esos recuerdos en lo mas profundo de mi alma esperando que nunca vuelvan a salir, ninguna de esas personas se merece si quiera el que yo las piense.

La vida me ha sabido compensar, hospitales, clínicas, proyectos sociales, nuevos miembros en el hospital y una familia mas unida que nunca, todo lo bueno que podría desear ya lo tengo...todo excepto amor, creo que luego de lo sucedido no podre enamorarme como esa vez, no puedo si quiera pensar en mi teniendo la idea de un amor lindo.

Bryana siempre esta a mi lado pero no porque yo quiera, simplemente porque asi lo desea y me da igual, al final sirve para follarmela y si quiere estar aquí sin esperar nada a cambio pues perfecto, no tengo que estarme jodiendo la vida pensando en un amorío.

La uso, la dejo y sigo con lo mio.

—¡Tito! —Mi sobrino llega corriendo a mi lugar y la alzo con una sonrisa—Tengo hambre, ¿Me das otra golosina?

Miro a su madre antes de hablar—No tengo mas—Hago un puchero y se cruza de brazos—Pero tu madre tiene comida muy rica, puede darte un poco si quieres...

Mira a su madre y se mueve para que lo baje, lo hago y se va con ella dándole a entender que comerá.

Le sonrió dejándolas en la mesa de la pequeña terraza cuando Rosa se asoma desde el interior.

—Doctor Holthon—Saluda—Tengo una noticia increíble.

—¿Qué sucede?

—Estaba en reunión con el consejo y la chica de relaciones publicas comento que esta por cerrar un contrato con una farmacéutica asiática, es un poco cara pero tienen medicina de primera—Me entrega unos documentos mientras avanzamos al ascensor—Aun no te comentaba nada porque no habían contestado el correo pero esta tarde lo hicieron y si todo va bien se verán la próxima semana para hablarlo mejor.

Abordamos el ascensor y sonrió.

—Me alegro que estén haciendo un buen trabajo—Palmeo su hombro—Mantenme informado ¿Vale? Se que harán lo mejor para el hospital pero me gusta saberlo.

—Como ordene mi doctor.

El ascensor para y bajo yendo a mi oficina y ella se queda fuera.

Entro colocándome la bata y minutos después la puerta se abre dejando ver a una mujer con la cara roja de llanto y a Rosa con cara de lastima.