Danmachi: Orígenes de Majin Buu

¿Soy padre...otra vez?

Narra Astrea.

"Hace mucho tiempo antes de que los dioses bajaran al mundo inferior, humanos y otras especies ya estaban luchando una guerra contra un mal atroz.... los monstruos"

Vamos a los pisos de la mazmorra donde conforme te adentras mas adentro la dificultad aumenta pues estas enfrentando a criaturas cuya fuerza rebaza por mucho al humano simple promedio.

"De entre los muchos pueblos y tribus que sufrieron tanto a manos de los monstruos como de pueblos desesperados lo que llevo a muchos luchar contra ellos mismos para conseguir los pocos recursos existentes"

En la ciudad de Orario vemos como a simple vista todo es maravilloso con la gente celebrando a sus héroes, pero debajo de ese manto de felicidad solo hay pura codicia arrogancia celos entre muchas otras emociones que ocultan bajo una mascara. En los sectores mas marginados la gente lucha por sobrevivir, literalmente lo que por lo general lleva a muchos a realizar practicas como contrabando, servicios "especiales", sabotaje, extorción etc. Todo con tal de sobrevivir, así era la ley del mas fuerte.

Regresando a la mazmorra en los pisos profundos escuchamos los jadeos de una niña. Nos fijamos mejor y resulta ser la misma niña de antes, a simple vista parece humana, ese seria el pensamiento común de no ser por sus para nada destacables dos alas de Hada blancas que sobresalían de su espalda. El color de su cabello era largo oscuro muy sucio y sus ojos negros brillantes reflejaban puro terror. Sus prendas o su falta de estas solo pudiendo cubrir sus zonas mas privadas con unos harapos que encontró de los cuerpos sin vida de algunos aventureros caídos. 

Esta niña actualmente estaba corriendo tan rápido como sus piernas le permitían, usaría sus alas de no ser por la grotesca herida que su ala derecha tenia, con la punta habiendo sido cortada brutalmente lo que la deja desnivelada cuando quiere volar.

El responsable de tal herida es de lo mismo del cual esta escapando desde hace mucho tiempo...

-Uff uff uff 

Mientras corre comete el error de ver hacia atrás donde su perseguidor la asecha desde las sombras antes de revelarse y moverse de un modo errático hacia ella mientras de sus fosas nasales puede oler el olor a sangre escapar desde el ala derecha de la 'Hada'.

La niña solo puede correr aun mas fuerte pero por no ver donde pisa termina tropezándose con una roca lo que hace que aterrice sobre su rostro.

-¡Auch!

Se soba la nariz la cual sangra y cuando se gira ve como su perseguidor se le queda mirando antes de abrir la boca como si fuera a comérsela.

La chica lo único que puede hacer es llorar mientras grita con todas sus fuerzas.

-¡AHHHHHHHH! ¡Ayuda! ¡Alguien sálveme!

Pone todas sus esperanzas del fondo de su corazón para que alguien venga y la rescate, aunque eso sea poco probable pues no hay muchos aventureros que bajen hasta estos pisos o tan siquiera conozcan estas rutas olvidadas de la mano de los dioses. Y aunque de todas formas alguien que pasara por ahí la escuchara, difícilmente la ayudaría pues los aventureros al igual que los dioses eran codiciosos y no se preocuparían por otros a menos de obtener algo a cambio. Por no decir que ninguno era tan suicida para enfrentar a este monstruo que la perseguía.

Era enorme y delgado, tenía dos brazos y dos piernas, sus largos y delgados brazos estaban extrañamente fuera de proporción con el cuerpo, las piernas también eran largas y delgadas, pero dobladas hacia atrás en las articulaciones. Curiosamente, la forma huesuda, casi sin carne, estaba cubierta por un caparazón que a primera vista parecía una cota de malla y brillaba con una extraña luz azul violáceo oscuro. Desde la base de su espalda se extendía una dura cola de cuatro metros. Finalmente, su cabeza, era idéntica al cráneo de una bestia, excepto por la luz carmesí que brillaba dentro de las dos cuencas oculares vacías.