Al iniciar el tercer cuatrimestre de la carrera, Lianny había cambiado por completo. Se sentía como si fuese otra persona. Aunque, no puedo negar que, de vez en cuando, sus actitudes volvían, pero por alguna extraña razón ya no me lastimaban tanto.
En un momento impreciso, estaba dialogando con Laura sobre una práctica de matemáticas que necesitábamos realizar. En esta platica, Lianny estaba presente, así que, Laura y yo, conociendo las competencias que tenía con respecto a las matemáticas, decidimos pedir ayuda.
-Lianny ¿Podrías echarle un vistazo a esta práctica? – Preguntó Laura
-Claro, no hay problema – Respondió Lianny
Laura le facilitó aquellos papeles y Lianny los observó de manera rápida.
-Esto es muy fácil- Afirmó
-Entonces ¿Nos ayudas? -Pregunté con miedo
-Por supuesto, los voy a resolver por ti, pero a cambio, necesito que me ayudes a crear una conversación en inglés- Agregó
-Perfecto, no hay problemas- Confirmé
- ¿Necesitas resolverlos en estos momentos? -Preguntó
- No, debo entregarlos la próxima semana- Respondí
-Bien, entonces ¿Te parece si realizamos la conversación en estos momentos y luego resuelvo los ejercicios? – Volvió a preguntar, con un tono de voz calmado
-Me parece muy bien – Respondí
-Entonces vamos a realizarla antes de irnos a dormir- Dijo esas últimas palabras, para luego volver a hundirse en su teléfono
Esto, para ser sincera, fue bastante sorprendente. El tono de voz de Lianny era sencillamente cálido. Ya no estaba siendo fría y no me sentía juzgada, pero, lo más increíble, no fue que accediera a ayudarme, porque lo hacía ya que necesitaba algo a cambio, sino que, me sorprendía bastante que me pidiera realizarlo antes de irnos a dormir, cuando esas horas normalmente era en las cuales menos soportaba mi presencia. Dichas actitudes me mantenían alerta, por alguna razón, no me encajaba que cambiara de forma tan drástica.
Pasaron las horas y, como había acordado, me dirigí a la habitación de Lianny; entré con cautela. Sus cambios aún no me convencían y, no estaba dispuesta a aguantar ni una sola humillación más, sin embargo, la voz de Lianny me volvió los pies a la tierra, pero al mismo tiempo me desorbitó.
-Franchesca ven- Dijo, mientras daba leves golpecitos en su cama.
Yo, aún indecisa me acerqué a ella y me senté a su lado.
- ¿Qué necesitas exactamente? – Pregunté
- Bien, necesito crear una conversación para aprenderla de memoria. Debes hacerla utilizando esta gramática. – Pidió
- Por supuesto, dame unos segundos y lo resuelvo- Alegué
Exactamente como se lo había propuesto, terminé aquella petición en cuestión de segundos, se la mostré y ella, por supuesto, estuvo de acuerdo.
- ¿Me ayudas a memorizarla, por favor? – Preguntó
Evidentemente no podía negarme, era la primera vez que escuchaba ese tipo de modales de los labios de Lianny.
-Claro, estoy de acuerdo- Confirmé
-Bien ¿Te parece si primero lo lees y luego yo te sigo? -Sugirió
-No tengo problemas- Dije, para luego empezar a recitar aquella conversación
Luego de terminar, ella hizo lo mismo, o bueno, al menos eso intentaba. En el proceso, las preguntas como "¿De qué manera debo pronunciar esto?" "¿Lo estoy diciendo bien?" no faltaron en ningún momento.
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Porque eres tú.
RomanceDe el odio, a la amistad, hasta el amor. Nuestra historia de amor. Dedicada a mí novia por su cumpleaños.