14

147 8 0
                                    

Sandra inspiro hondo antes de volver a subir el rostro observando como el moreno la miraba con el ceño fruncido en preocupacion aguardando una respuesta

-Greg, solo te veo como un amigo...- el aludido cerro los ojos- pero... Creo que no seria correcto rechazarte sin darte al menos una oportunidad

Gregory abrio los ojos y su ceño se alzo despejandose sorprendido, muy lentamente una sonrisa comenzo a brotar en su rostro

-Entonces...
-Si, Gregory, te... Permito que me cortejes- sonrio con alguna lagrima aun

Mostrando los colmillos en su amplia sonrisa, Gregory cogio a Sandra abrazandola, alzandola al mismo tiempo dando vueltas. La joven no pudo evitar reirse de nuevo apoyando las manos sobre el humedo pecho de Gregory

¿Como me cortejara?

Dejandola nuevamente en el suelo Gregory fue hasta la cortina de hiedra y miro al exterior, entonces se volteo y le ofrecio la mano a Sandra

-Ya no llueve, ¿Me permites acompañarte a casa?
-¿Vas a preguntarme si te permito todo?- le dio la mano lentamente sintiendose rara
-Bueno, parte del cortejo comprende tu permiso para hacer ciertas cosas... ¿Muy anticuado?- entrelazo los dedos con la joven llevandola fuera de su escondite no sin coger ambas chaquetas
-Puede que un poco, aunque tiene su... ¿Encanto?- le miro de medio lado sintiendo como el frio de la noche comenzaba a calar en ella- supongo que es diferente a lo usual
-Ahora en casa toma algo caliente, estas comenzando a estar preocupantemente fria para una humana
-Es lo que pasa cuando eres humano y te pasas al aire fresco un rato estando calado- se le escapo una risita nerviosa- pero tranquilo, nada que un buen baño caliente no solucione

La vuelta a casa fue lenta pero extrañamente confortable. Una vez en la puerta, tras dejarle abrirla Gregory le beso la mano con suavidad despidiendose.

Sandra se sentia extraña con todo aquello, cuando Gregory le pidio cortejarla no esperaba que fuese a comportarse como un caballero de hace cientos de años. Pero tenia que reconocer que era la mar de interesante.
En toda la semana el vampiro solo le dedico miradas candentes, palabras bonitas y cogidas de mano suaves, en ningun momento intento nada mas intimo y aquello por alguna razon encandilaba a Sandra. Los hombres hoy dia en seguida trataban de meterse en la cama a las chicas sin embargo Gregory era como si no pensara siquiera en ello. Cuando se dispuso a hablar de eso con él, le quedo claro que si que pensaba en su cuerpo, pero que respetaba sus costumbres y por tanto no seria correcto hacer un avance tan rapido y mas sabiendo que ella "no sentia nada"

Era martes, mediodia, por algun motivo se habia despertado pronto asi que levantandose de la cama fue hasta la cocina y se sento en la encimera a tomarse un cappuccino con hielo. Mirando al salon algo en su estomago la apretaba.

Le echo de menos

Abriendo los ojos como platos se bajo de la encimera y corrio al baño donde subiendose en su banqueta se miro a la cara en el espejo.

¿Le echo de menos?- se miro a los ojos abriendolos como platos- le echo de menos...

Sin molestarse en ponerse ropa de calle fue hasta el sofa donde se tiro boca abajo. No entendia que le estaba pasando. ¿Es que acaso en verdad si que sentia algo por Gregory? La sola mencion de su nombre en su cabeza le cerro la garganta. Apoyando la frente en sus brazos cruzados pateo el sofa como si nadase.

¿Que me esta pasando?

Quedandose en el sofa espatarrada las horas pasaron hasta que un repiqueteo sono en su ventana del cuarto. Sandra no queria moverse asi que simplemente respondio con la boca contra el sofa notando un aire frio a su alrededor.

-¿Es... Una costumbre humana?- su voz era grave

Sandra no entendía su tono hasta recordar que estaba en pijama y en aquella posicion sus pantalones debian de haberse subido hasta mostrar minimo la parte baja de sus nalgas. Sentandose de golpe vio a Gregory con un hermoso ramo de flores silvestres en sus manos. La joven noto como su rostro se tornaba rojo

-Son...
-Para ti- se las entrego con una sonrisa burlona-¿Te gustan?
-Son preciosas- las tomo oliendolas- me encantan Gregory, gracias
-No mas preciosas que tu- el vampiro se quito la gabardina llendo a dejarla en el perchero

Sandra se levanto a toda prisa a ponerlas en agua mientras que su rostro combustionaba. Volviendo a olerlas cerrando los ojos se relajo lentamente.

-Gregory...
-¿Si?

Sandra dio un bote, el vampiro estaba justo en su espalda. Sus ojos la abrasaban desencadenando una serie de escalofrios a lo largo de su cuerpo y su estomago se cerraba nuevamente. Sandra no entendía qué demonios le pasaba pero se sentia demasiado extraña y no sabia si era bueno o malo.

-¿Si?¿Ocurre algo, pequeña?- se acerco un paso aumentando el calor en el rostro de la joven
-Yo... No, no, no ocurre nada es solo que... Te quería comentar que hoy he decidido darme un día libre... Asi que no pensaba salir de casa- volvio a darse la vuelta mirando las flores sintiendo como si alguien le agarrase el corazon
-Oh, ahora comprendo tu atuendo- se rio burlonamente- los humanos usais la ropa de cama para estar en casa
-Usualmente, a fin de cuentas es mas comoda- cogiendo las flores esquivo al vampiro poniendolas en una de las mesitas auxiliares de su salón
- Una pena no tener ropa de cama para estar aqui contigo, aunque no se si eso seria impropio
-oh, si quieres puedo comprarte un pijama- se sento en el sofa con las piernas cruzadas
-No funciona asi querida, yo soy quien ha de bañarte en regalos a ti, no tu a mi- Gregory se rio
-Podrias.. considerarlo un regalo para mi. Aunque yo te lo compre, es para poder estar juntos comodos los dos, cosa que me aliviaria en cierto modo ya que a veces me parece que tienes que estar incomodo con tanta capa de ropa- le miro al chaleco frunciendo el ceño
-¿No te gusta mi atuendo?- se miro
-Si, pero considero que para estar por casa es demasiada prenda
-Aceptare pues que me compres lo que desees si eso te satisface- ladeo la cabeza serio- ahora pues, sin embargo ¿qué podria quitarme que te haga sentir mas cómoda?
-Pues...- la pregunta habia sido inocente pero el cerebro de Sandra le habia dado un tono caliente- El chaleco- le miro fijamente de arriba abajo sintiendo sequedad en la boca haciendola tragar con dificultad- Y las botas
-¿Deseas que me quede en camisa y pantalones?- entrecerro los ojos mirandola a traves de las pestañas
-Yo... Si no quieres no es necesario
-Tranquila, es solo que me sorprende... En mis tiempos seria terriblemente impropio- su sonrisa mostro un colmillo

Sin ser capaz de apartar la mirada, Sandra vio como Gregory se desabrochaba los botones uno a uno lentamente, observándola, quitandose el chaleco el cual colgo tambien, luego se agacho a quitarse los zapatos. Solo entonces Sandra desvio la mirada ya que al descender, el cuello holgado de su camisa se abrio aun mas permitiendola ver su pecho al completo.

¿Que me pasa?

¿Confias en mi? Gregory X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora