♡︭ 𝐒𝐂𝐀𝐑𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄 ❤️🩹 ᶻ 𝘇 𐰁
͘𖥔 𝗺. Arda y Chelsea le temían a ese algo tan fuerte que estaba naciendo entre ellos y que nunca antes habían experimentado.
★ 𝗔𝗥𝗗𝗔 𝗚Ü𝗟𝗘𝗥 𝗫 𝗙𝗘𝗠 𝗢𝗖
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♡◞ chapter zero 𓂃 does he talk? 😵💫💘 lindo, pero mudo
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— Dale, Chels, no podés seguir así —Fede trataba de animar a su amiga, quien yacía decaída sobre su cama por un reciente acontecimiento relacionado a su ex pareja—. Acompáñame al entrenamiento, dale. Abel no merece que pensés siquiera en él. Es un boludo.
— Yo sé, Fede. Y no estoy así porque lo extrañe o algo —comenzó a decir ella, negándose a levantar su cara de la almohada. El susodicho le observó con atención—. Pero sí me dio en el orgullo, ¿sabés? Yo sabía que era un pelotudo, pero no pensé que fuera para tanto. Así que mejor me quedo acá.
Fede suspiró con frustración y se sentó en el borde de la cama, a su lado. Sabía que Chelsea estaba pasando por un momento difícil, pero también sabía lo importante que era para ella mantenerse activa y distraída, así que se negaba a desistir.
— Chels, yo entiendo que estés triste y enojada, pero quedarte acá encerrada solo te va a hacer sentir peor. Necesitás salir, moverte, liberar toda esa rabia. Además, ¿por qué dejar que Abel siga afectando tu vida? No merece tener ese poder sobre vos.
La fémina finalmente decidió levantar la mirada hacia su amigo, con los ojos vidriosos y las mejillas enrojecidas. El cariño y la preocupación en la mirada de Fede le recordaron lo afortunada que era de tener a alguien como él a su lado.
— Yo sé que tenés razón, pero vos también tenés que entenderme...
Fede largó un suspiro antes de hablar: — Y lo hago, pero de todos modos, me niego a dejarte acá sola. Dale, vení conmigo —insistió, sin apartar su mirada ni por un segundo.
Chelsea se mordió el labio inferior con leve desespero. A veces detestaba lo persuasivo que podía llegar a ser Fede, sobretodo cuando se trataba de que hiciera lo que él consideraba mejor para ella. Y no es que se dejara manipular de él, porque en el fondo ella tenía la intención de hacer tal cosa, así que lo único que hacía Fede era ser ese impulso que tanto necesitaba.
— Dale, está bien —ella accedió finalmente, a lo que las comisuras de su amigo se rompieron en una eufórica sonrisa—. Pero me tenés que invitar a comer luego.
— Dalo por hecho.
Sin dar más rodeos, Fede y Chelsea se levantaron de la cama y abandonaron la habitación. Si era honesta, no tenía mucha esperanza en la idea de su amigo, pero también sabía que no perdía nada con intentarlo.
