♡︭ 𝐒𝐂𝐀𝐑𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄 ❤️🩹 ᶻ 𝘇 𐰁
͘𖥔 𝗺. Arda y Chelsea le temían a ese algo tan fuerte que estaba naciendo entre ellos y que nunca antes habían experimentado.
★ 𝗔𝗥𝗗𝗔 𝗚Ü𝗟𝗘𝗥 𝗫 𝗙𝗘𝗠 𝗢𝗖
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♡◞ chapter twenty-five 𓂃 the other side 😵💫💘
ojalá hicieras goles así como te metes donde no te llaman
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Chelsea se encontraba en su cuarto, visiblemente estresada mientras repasaba por milésima vez sus libros de derecho. Se la había pasado así por días. Cuando no podía mantener la calma y su mente estaba intranquila, estudiar la ayudaba a relajarse.
Intentó calmarse, pero sus pensamientos corrían en su mente. Tenía que preparar ese examen y no podía dejarlo pasar, pero su mente solo pensaba en Arda y la situación actual. Tenía que hablar con él, no podía seguir así. Habían pasado días desde que se habían visto.
Pero por otra parte, no tenía cabeza para otra cosa en ese momento. Había algo en su mente que la perturbaba: la inminente visita de su hermano mayor. Pero no era solamente eso, el verdadero problema era que Henry le había informado que sus padres se habían negado a ir con él.
Sus padres no irían a visitarla, le habían dicho que no estaban libres en ese momento. Era una total mentira. Solo lo decían porque no estaban de acuerdo con sus metas y en cómo ella tomaría su vida.
Y esa era solo una de las razones por las que Chelsea no estaba de humor para hablar con Arda. Estaba tan estresada y deprimida que no tenía ganas de hablar con nadie, incluso con él. Lo adoraba, sí, pero se había acostumbrado a ser la persona que da apoyo, no la persona que comparte sus problemas con los otros y es consolada. No quería demostrar debilidad.
Después de un rato, se levantó para ir a agarrar a Federico, que se encontraba tumbado en el suelo. Una vez que se lo llevó hacia su cama y le acarició el pelaje, se sentó mientras lo tenía en su regazo y empezó a hablarle.
— No tenés ni idea de lo estresada que estoy. Parece que todo va mal últimamente... Y mi hermano está de visita —ella volvió a decir con un suspiro—. Está a punto de llegar, pero mis viejos dijeron que no podrán acompañarlo. Y estoy segura de que lo único que pasará es que él estará echándome en cara que no elegí la carrera correcta. En serio, no me hace falta eso en este momento...
El gato levantó su cabeza y la miró por unos segundos y ella volvió a acariciarlo. Federico era la única cosa que le brindaba un poco de tranquilidad actualmente, el animal sabía cómo relajarla un poco.
— Ojalá pudiera hablarle de todo esto a Arda —suspiró. El gato volvió a poner su cabeza en su regazo y cerró los ojos—. Pero tiene sus propios problemas... No quiero presionarlo también con los míos, especialmente teniendo en cuenta cómo se ha sentido últimamente.
