Era una noche fría, como siempre en esta época del año. Nevaba, y el palacio estaba bellamente decorado, brillando con luces y colores. La gente, elegante y colorida, llenaba el lugar, comiendo, riendo y bailando. La música se escuchaba por todas partes, acompañada de risas que resonaban en cada rincón. Estábamos celebrando el tricentenario del reinado de nuestra familia, una ocasión sumamente especial.
Entré al salón emocionado por ver a mi familia después de tanto tiempo. Había estado lejos durante más de un año, estudiando en París. Al principio, no quería irme, ya que significaba dejar atrás a mi familia y a mis dos únicos amigos que no eran parientes: James Potter y Peter Pettigrew, hijos de aristócratas que trabajaban junto a mi padre, el Rey Orión.
Empecé a buscar a mi familia y lo primero que vi fue a Regulus, mi hermano pequeño, bailando con nuestras primas. Aunque ellas eran mayores, cuando sus padres murieron, se mudaron al palacio y crecimos más como hermanos que como primos. Cissy llevaba un vestido verde oscuro; Bella, uno negro con brillos; y Andy, uno verde más claro. Las tres lucían preciosas. Regulus, con el traje que usábamos para los eventos importantes y sus rizos impecablemente peinados, se veía encantador. Los había extrañado mucho.
Al avanzar más hacia el centro del salón, vi a mis padres y corrí hacia ellos, emocionado. Los abracé con fuerza y ellos me devolvieron el abrazo, recordándome que tratara de mantener la calma esa noche. Me dirigí hacia donde estaban mis primas y amigos. Andy bailaba con Barty, Evan con Dorcas, y Bella y Cissy observaban cómo James intentaba hacer reír a Regulus, mientras Peter conversaba con Pandora, la mejor amiga de mi hermano. Nada parecía haber cambiado desde que me fui.
Cuando mis primas me vieron, me abrazaron y me dijeron cuánto me habían extrañado, mencionando que echaban de menos las bromas que solía hacer con James y Peter. Después de muchos abrazos y relatos sobre cómo Cissy se había enamorado de un aristócrata llamado Malfoy, me acerqué para saludar a Barty, Evan y Dorcas, quienes me contaron que planeaban un viaje a París para conocer el lugar donde estudiaría Regulus.
Después de saludar a Peter y Pandora, sentí un choque y me encontré con James. Había crecido, se veía más alto y musculoso. Me alegró volver a verlo. Finalmente, abracé con fuerza a Regulus. Lo había extrañado demasiado, y él me devolvió el abrazo con igual entusiasmo. Ahora era más alto y aún más guapo; James no podía apartar la vista de él, y esperaba que algún día pudieran estar juntos, aunque sabía que no sería fácil.
—Te he echado de menos —dijo Regulus antes de abrazarme de nuevo. Yo quería abrazarlo más fuerte, pero temía asfixiarlo.
—Yo también, Reg. Tengo tanto que contarte, pero primero, quiero que veas esto —respondí, sacando una pequeña cajita del bolsillo y entregándosela. La abrió y me miró, confundido.
—¿Es un joyero? —preguntó, pensativo—. Gracias por el regalo, Siri, pero no tengo muchas joyas para guardar aquí.
—Tonto, esto no es un joyero —dije riendo. Saqué un collar del bolsillo y lo conecté a la caja de música—. Pon esto aquí y gira el pomo.
Al girarlo, comenzó a sonar una melodía familiar. Los ojos de Regulus se llenaron de lágrimas.
—Esta es nuestra canción. ¿Cómo conseguiste esto? Es el mejor regalo que he recibido en mi vida —dijo, abrazándome.
—Lo encontré en París. Ahora lee lo que dice la llave —respondí. Regulus miró la llave y abrió los ojos con sorpresa.
—"Juntos en París". ¿Es real? ¿Iré a París contigo? —preguntó emocionado.
—Sí, Reg, es hora de que vayamos juntos a París —le dije con una sonrisa, mientras le colocaba el collar. Le expliqué que a su edad era normal que los enviaran a estudiar, y que James y Peter también irían con nosotros.
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Una noche de diciembre
FanfictionEra una noche fría de diciembre y todo el palacio estaba decorado para la celebración del tricentenario del reinado de la familia Black. Todo estaba perfecto esa noche hasta que Tom Ryddle o como a el le gustaba llamarse Lord Voldemort entro a el sa...