III

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  Hay una chica en el frente de mi salón. La chica esta siempre tan triste que le encuentras extraño verla reír o sonreír. La chica ha cambiado, ya no es "la consentida de la clase", ya no es "la cerebrito", ya no es tan brillante ni tan felíz como era antes.

  La chica ya no sonríe esta vez, siempre la vas a encontrar sola y triste, ya no es la misma, y hay veces que me pregunto si lo volverá a ser algún día. Esta vez no sonríe ni te contesta sí le preguntas "¿estás bien?", solamente se encoje de hombros y cierra sus hermosos ojos azules.

  Sus amigos tratan de hacerla sonreír, le cuentan la broma de aquel chico, sus demás amigos siempre ríen y la miran discretamente para ver su reacción. Lo único que la chica hace es cerrar sus grandes ojos y perderse en los pensamientos de su cabeza.

  La hermosa y alta chica ha perdido su don, ya casi no habla con la gente por lo que no puede hacerlas felices ni con su simple presencia. Ahora, eso es todo lo contrario, al verla tan triste y solitaria la gente no puede evitar sentirse de igual manera, la chica ya no trata de solucionar los problemas de los demás y hacerlos sonreír. Ahora ella necesita que lo que ella hizo a muchas personas, se lo hagan a ella. Ella necesita ser ayudada.

  Está vez, mis preguntas siguen siendo las mismas, pero en estos momentos no puedo evitar pensarlas más de la cuenta, y tenerlas siempre en mi cabeza. Más cuando la chica está frente a mis ojos... ¿Cómo alguien tan perfecto se puede sentir tan inseguro de sí mismo? ¿Marcar su delicada piel con cortes y quemaduras y aún querer hacerse más daño? ¿Cómo alguien tan amado, aprendió a odiar sus propios genes? ¿A dibujar un trazo en sus brazos con una navaja como si su mente no fuera lo suficientemente oscura?

Dark Enough |Español|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora