Los Compañeros De Los Fénix (2.ª Edición)

Una Historia del Pasado

Adaptado a partir de los capitulo 10  "Una Historia del Pasado"

Diálogos internos con el compañero "-algo-"

Agregado especial en esta nueva versión, flasback de la era antiguo en cursiva

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''Los seres humanos, incluso siendo los últimos en poblar el mundo, eran los más ingeniosos; su simple, pero complejo deseo de supervivencia en ambientes hostiles y en algunos casos inhóspitos, les permitió vislumbrar en su camino inventos cada vez más interesantes. Los seres humanos avanzaban de una manera diferente al método de selección natural que estaba inscrito en la esencia misma de la vida y por ese motivo, porque nos preocupaba las posibles afectaciones que sus inventos podrían tener en el equilibrio de la naturaleza del cual, tanto fénix como dragones son guardianes, empezamos a relacionarnos con los humanos... porque necesitábamos supervisar sus progresos y detenerlos si llegaban demasiado lejos. Se supone que debía existir un límite, si esa era la misión no existía motivo alguno para relacionarnos tan familiarmente, pero... si tal cosa como un límite alguna vez existió, prácticamente desapareció en el primer momento.

Los fénix de agua fueron los primeros; ellos compartieron el arte de la curación. Desde lo más profundo de su ser nacía una profunda empatía que les impedía dejar a un ser humano o a algún animal que fuera amado por alguien o amara a alguien, herido. Ningún humano podía realizar sus métodos porque, las plumas de los fénix de agua eran necesarias, sin embargo, esta relación los hizo aprender el valor de la vida; hizo que los humanos se interesaran en profundizar sobre la medicina. Sin saber en qué momento ocurrió con exactitud, la empatía no tardó en aparecer como un valor en los humanos. Niños, adultos, ancianos, no importaba... si tenías un mínimo interés y con ayuda de los fénix de agua, el conocimiento medico floreció.

Los fénix de tierra fueron los segundos; representaban el sustento propio de la tierra y de la naturaleza misma, legando a los seres humanos los principios de lo que ahora conocen como agricultura, así como la utilidad de todo aquello resguardado en lo más profundo de tierras, montañas y valles; los principios en conocimiento de minerales... minería, tala y nociones de arquitectura para el establecimiento de estructuras. Todo esto fueron las bases para lo que llaman sedentarismo. Los humanos dejaron de ser nómadas y se asentaron en lugares donde confiaban encontrarían todo aquello que necesitaban. Los fénix de tierra eran el sustento de la vida y como tal, enseñaron el valor de la naturaleza, así como los motivos por los cuales debía ser preservado.

Los fénix de fuego fueron los terceros; las noches dejaron de ser oscuras y los inviernos dejaron de ser fríos, de igual manera, su fuego mezclado con los minerales adecuados dio un impulso enorme e inicialmente incontrolable para nosotros. Aquella revolución total solo ejemplificaba a ojos de todos la fuerza y la pasión en la adversidad, lo que implicaba también que, como fuego ardiente, los seres humanos conocieran las vocaciones y los deseos personales. Con esto vino un tiempo difícil, ya que todo lo anterior implicaba intereses en conflicto y por tanto, fue necesario tomar una medida más si no deseábamos que los intrépidos humanos desaparecieran tan prematuramente del mundo... nació entonces la tolerancia, el compartir y la igualdad.

Los fénix de viento fueron los cuartos; los humanos no podían alcanzar los cielos, pero si había un regalo que podían ofrecer y que era igual de valioso... el valor y el significado de la libertad, una forma de volar incluso sin siquiera separarse del suelo. Un mensaje abstracto, pero potente que dejaba una marca invaluable... el valorar la vida propia y ajena como lo que es; fuente de libertad.

Los nuevos conocimientos abrían mundos de posibilidades y a pesar del trabajo hecho por los fénix, no implicaba que todos y cada uno de los seres humanos pudieran tomar todo lo ofrecido. El fénix de relámpago fue así el quinto, cautivado por la manera en que los humanos desarrollaban interés, pasión y eran capaces de vivir con libertad. Agrego entonces los últimos ingredientes, valorar el esfuerzo sobre todas las cosas, mantener la energía para un mañana, así como la determinación que te permitía nunca ceder al camino escogido por ti mismo con pasión y responsabilidad. Las nuevas abstractas enseñanzas, sin embargo, no eran por todos interpretadas de igual manera, por lo que, fueron una reducida cantidad quienes realmente interiorizaban los valores por él enseñados, siendo así capaces de perseverar, estableciéndose de forma tal que eran capaces de marcar la diferencia en momentos puntuales.