Capítulo 12.

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Jennifer:

Un nuevo día me daba la bienvenida de manera tan dulce como un cálido abrazo. Mi humor estaba tan agradable como el clima, había dormido muy bien. Tuve sueños hermosos, y comenzaba el día de una manera bastante animada.

Me preparé para ir a la escuela, y luego bajé a desayunar. El desayuno se veía exquisito.

— Hija, buenos días. ‐ Saludó mi madre, para luego sentarse frente a mí.

— Buenos días.

— Recuerda que hoy es la cena con la familia Roberts.

Mi felicidad se vió destrozada con tan sólo esas palabras. Lo había olvidado, que fastidio.

— Oh, vale.

Me despedí de ella y fui hacia la escuela.

Extrañaba tanto a Miko. Le envié un mensaje dándole los buenos días, y obvio, también diciéndole que la extrañaba mucho.

Justo en ese momento recibí una llamada de ella. Automáticamente me puse nerviosa, mis dedos temblaron cuando toqué la pantalla para contestar.

— Hola.

— Preciosa, buenos días. ¿Dormiste bien? ¿Soñaste conmigo?

Solté una risita, esta chica me hacía sentir tan feliz.

— Sip, dormí muy bien y la verdad, es que, en mis sueños eras la protagonista.

— Me alegra tanto saber eso, nena. También soñé contigo.

Mi corazón comenzó a latir deprisa.

— ¿Enserio? ¿Qué soñaste?

— Ah, pues, cosas lindas. - Pude notar que comenzaba a ponerse nerviosa.

— Miko... ¿Qué soñaste?

— Pues... Soñé con ese sexy tatuaje entre tus senos, y mi lengua trazando cada línea. - Soltó una risita nerviosa, y yo casi muero de vergüenza. Sentía mis mejillas tan calientes que dolían. 

Reí nerviosa, para luego contestar.

— Tonta... En algún momento podrás hacerlo. - Dije tímida. — Pero aún no.

— Ya lo sé, nena. Por ti espero el tiempo que sea necesario, no te preocupes.

— Gracias. - Me hacía tan feliz que fuera paciente por mí. — Oye, ya llegué a la escuela. Hablamos después. Te quiero.

— ¡Espera! No cuelgues aún.

— ¿Qué pasó?

— Cuando terminen tus clases espérame fuera de tu escuela, te acompañaré a casa.

— Oh, vale.

— Bueno, linda. Hablamos más tarde. Te quiero.

Pude oír el sonido de un beso a través de la línea, así que, le devolví el beso.

— Yo también te quiero.

Colgué la llamada, acomodé mis cosas y entré al salón.

...

Tuve un montón de clases en el día, por la tarde igual. Estaba agotada, mis manos dolían, al igual que mi cabeza.

Salí de la escuela y esperé a que llegara Miko.

A los cinco minutos la vi acercarse, se veía tan guapa, como siempre.

Me paré de la banca en la que estaba sentada y caminé hacia ella. Ella se acercó a mi y besó mi mejilla, como siempre, terminé completamente sonrojada.

Mi Gran Obsesión || LGBTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora