CAPITULO 24

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palacio topkapi (1527)

Narra Mahidevran 

Estaba tratando de caminar rapido mientras gulsa decia mi nombre, no le preste atencion solo tenia un objetivo, mi caballo 

Lo vi estaba tirado en el piso como si estuviera muerto con una mancha de sangre que cada vez mas se hacia grande 

Me acerque mas al establo solo para ver la terrible escena que pasaba aqui, me acerque lentamente pidiendole a alah que lo que veia ahi solo era mi imaginacion 

Habian matado a mi caballo, a amor, el caballo que el sultan me habia regalado ahora estaba muerto, no pude evitarlo y empeze a llorar, comenze a mirar a los lados hasta que encontre una daga

Estaba cobierta de sangre al parecer con eso habian matado a mi caballo, lo cogi y ya no tenia tristeza ahora era enojo ya sabia quien lo habia hecho hurrem

Camine hasta llegar a los aposentos de hurrem la ira me invadia cada vez mas y las ganas de apuñalarla se me hacian mas grandes, entre sin avisar cosa que le molesto hasta que vio la daga que tenia en mi mano y se puso palida 

-mahidevran que haces aqui 

-acaso tienes perdida de memoria, se que tu ordenaste a una de tus criadas para que matasen a mi caballo 

-ja ves mahidevran ni siquiera tu misma te crees esa mentira 

-¡ENTONCES QUIEN FUE! ¡QUIEN SE ATREVERIA A HACERLE ALGO A MI CABALLO!

-mahidevran tranquilizate y suelta esa daga

-¡Y SI NO QUE TAMBIEN ME MATARAS A MI!

-por alah que no mate a tu estupido caballo

me acerque mas a ella

-a quien le dices estupido, hurrem cuida tus palabras 

-sabes que si, si lo mate y sabes que me quite un enorme peso de encima, y la verdad no puedes culparme no tienes pruebas

-juro por alah que mientra yo viva tu vida sera un infierno hurrem 

Y sali de sus aposentos, espere por algunas horas hasta que el sultan saliera del consejo para verlo cuando llego el me vio y ce acerco a mi preocupado, yo me reverencie y le dije 

-su majestad

-sultana

-bali bey 

correspondi al saludo 

-mahidevran ¿hay algun problema? que te sucede 

-debo hablar con usted su majestad 

-acompañame 

Ambos entramos a sus aposentos el acaricio mi mejilla y dijo

-¿por que estas tan palida?, ¿que paso?

y yo me puse a llorar 

-por que estas llorando

-mi caballo a muerto señor 

-que sucedio no estaba enfermo ni herido 

-el caballo no estaba enfermo estaba muy bien, lo mataron, lo apuñalaron con una daga 

-quien se atrevio a hacer semejante cosa 

-no lo se su majestad, estaba en el suelo sobre un charco de su propia sangre

El me abrazo 

-tranquila, ¡BALI BEY!

nos sentamos en la cama mientras el me consolaba 

Haseki Mahidevran sultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora