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____'s pov
Tomé mis maletas y caminé hacia la salida, las puertas automáticas del aeropuerto de Guadalajara se abrieron permitiéndome poder salir.
Avancé y los rayos del sol me pegaron justo en la cara.
Bueno vengo de un viaje de Houston, recién llegué acá y quiero darle una sorpresa a Hassan mi mejor amigo o Peso Pluma como muchos lo conocen ahora.
Hoy por la noche tiene concierto y hace más de un mes que no nos vemos, él porque está ocupado con sus conciertos y yo por mi trabajo, así que aproveché que tengo días libres y decidí venir a verlo porque luego tendrá gira por todo Estados Unidos.
No le avisé ni a él y tampoco a nadie de su equipo, para ser sincera estoy muy emocionada y a la vez nerviosa, aunque no haya pasado mucho tiempo desde la ultima vez que nos vimos, me pongo de esta manera cuando lo vuelvo a ver, él siempre ha causado ese efecto en mí.
Lo conocí desde antes que empezara con todo este fenómeno y su fama, hemos sido amigos desde preparatoria, he estado para Hassan como él ha estado para mí.
Y aunque por mucho tiempo intenté resistirme a caer ante sus encantos no lo logré, me enamoré de él, obviamente nunca se lo he dicho y he luchado todos estos años contra mí misma y mis sentimientos, tratando de ocultarlo, conformándome con sólo estar cerca de él, apoyarlo y ser su amiga.
Mientras he visto cómo trae a otras chicas que claramente son mejor que yo, por algo las elige a ellas. No soy como esas plásticas que a él le gusta traer, definitivamente Hassan nunca me voltearía a ver con otros ojos, más que de su mejor amiga.
Nos llevamos increíble, pero en cuanto a nuestras relaciones siempre terminamos en discusión, ya que es sobreprotector y no le agrada mucho la idea cuando empiezo a salir con algún chico y yo le digo que siente cabeza y busque a una chica que realmente valga la pena. Es un tema delicado manejar entre nosotros.
En fin, me acerqué a un taxi que se acaba de estacionar enfrente y caminé a prisa.
–¿Está disponible?.– le pregunté al señor que estaba dentro del auto viendo su celular, alzó la cabeza y me miró.
–Sí, súbase.– dicho esto bajó del auto y me ayudó a subir las maletas.
Nos subimos al taxi, no sin antes darle indicaciones de a dónde quería ir, primero a mi casa para bajar las maletas y después quiero pasar de una vez al centro comercial para comprarle un regalo a Hassan.
