Descubriendo un gusto

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En este momento, se veía como Charlie Brown junto a Linus, estaban ya llegando a sus hogares luego del día de escuela que tuvieron.

-Ya Linus, ambos que no es para tanto. -dijo Charlie Brown tras haber dejado salir un suspiro.

-Disculpa Charlie, pero es que en serio, el modo en el que describiste tu dibujo mas el modo en el que lo hiciste, es algo que casi nadie llega a ver hoy en día, y menos si parece que ocurre así de la nada. -dijo Linus con clara fascinación en su tono de voz.

Escuchar las palabras que salían de la boca de su mejor amigo, el chico de camiseta amarilla con rayas solamente dejo que otro suspiro saliera, pero esta vez lo hacia en el interior de su cabeza.

Desde que salieron de la escuela, mas de uno de los niños de su salón hablaron con el, y le decían lo fascinados que estaba con la exposición del dibujo que hizo en el salón de clases, y vaya que era mucho mas de lo que en algún punto hubiese llegado a esperar.

No es que le molestara por completo, solo que no es algo a lo que el estuviese acostumbrado.  

El hecho de ser siempre la burla ante los ojos de los demás, hacia que para el, se llegara a sentir algo extraño, que alguien llegase a adular algo que el mismo lograra hacer bien.

-Y yo que creí, que en serio iba a se divertido estar en algo así. -pensó Charlie Brown al mismo tiempo en que se sobaba la zona de su nuca.

Al alzar la mirada, el niño de camiseta amarilla con rayas regreso a la realidad, pudo ver que justo ahora, se encontraba enfrente de la entrada de su casa.

-Vaya, con caminar si que se nos termino por ir el tiempo. -dijo Linus tras detenerse a un lado de su mejor amigo.

-Ni me lo digas, y mas si cuando pierdes la noción con pensar en tu vida, ¿no crees? -pregunto Charlie Brown al mirar a su amigo con una ceja alzada.

Aunque no entendía mucho sobre lo que acababa de escuchar, si algo sabía Linus acerca de su amigo, es que a pesar de los constantes infortunios que llega a tener,  al menos trataba de no perder lo que lo hacia aguantar todo eso: el optimismo.

-Bueno, tengo mucho que hacer, ya sabes que Sally tuvo que acompañar a mi papa después de la escuela, y mi abuela fue a la noche de bingo de hoy, así que debo de estar preparado para cuando vuelvan. -dijo Charlie Brown al mismo tiempo en que hacia crujir los huesos de su cuello.

-Y, ¿estas seguro de que quieres hacer eso tu solo? -pregunto Linus algo incomodo de dejar a su amigo solo con los deberes.

-No tienes de que preocuparte Linus, tu mejor preocúpate por lo que Lucy puede hacerte si llegas tarde sin avisar como la otra vez. -dijo Charlie Brown con lo ultimo sonando algo nervioso.

En ese momento, Linus no pudo evitar el sudar frío, al imaginarse a su hermana con una sonrisa tan malévola similar a la del mismo diablo, con llamas ardientes de fuego rodeándola mientras tomaba su mantita entre sus manos, para luego desgarrarla poco a poco, justo enfrente de el. 

-Sabes, creo que de una vez me voy, nos vemos mañana Charlie. -dijo Linus para luego irse a su casa a toda velocidad.

-Mejor así, mi hermana puede ser complicada de tratar a veces, pero nada se compara con Lucy Van Pelt, para nada. -dijo Charlie Brown para si mismo al ver por donde su amigo acaba de irse.

Y sin mas que hacer, y ya que veía que a Linus acababa de perderlo de vista, es que finalmente Charlie se dispone a entrar directamente a su casa.

...

Ya una vez que se encontraba dentro de su casa, Charie Brown se percata de que el ambiente estaba algo solitario, aunque era normal si tomaba en cuenta de que en este momento, era el único que se encontraba en el interior de la casa.

Charlie Brown: La mejor versión de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora