—¡Lo se todo! —gritó despertandola.
Fátima no sabía lo que pasaba, su abuela nunca le había gritado de esa forma, y menos al despertarla, parecía estar muy molesta.
—¿Qué pasa? ¿De qué hablas abuela?—se levantó de la cama y caminó hacia ella intentando saber que pasaba, le sorprendió que su abuela se alejara, ni siquiera la miró.
—¡Me mentiste! —volvio a gritar.
—¿Qué? No entiendo.
—¡Claro que entiendes! Estoy enferma y... —su voz comenzaba a temblar—. ¿Por qué no me lo dijiste? —lágrimas bañaban su rostro.
—Yo... Ah... —no podía hablar, su voz no salía, además no sabía que decir.
—¡Ah! ¡Ya lo sé! Lo que quieres es verme muerta ¿Cierto? Yo no te importo.
—¿Qué? ¡No! No digas eso.
—¡Es verdad! Es tu culpa, voy a morir ¡Por tú culpa!
—Eso no es verdad ¡No es verdad! Yo te quiero.
—¡Es tu culpa! ¡Tu culpa!
—¡No, no! —gritó tapándose los oídos con sus manos.
Todo se volvió oscuro, pero la voz nunca cesó, incluso se escucharon más voces distorsionadas torturandola más.
—¡No! —despertó de golpe sentándose en su cama, tenía el rostro empapado en sudor.
Toc... Toc...
—¡Fátima! ¿Todo bien? —preguntó su tía.
Dió un gran suspiro, todo había sido una pesadilla.
—¡Si! Todo bien, sólo que ya se me hizo tarde.
—Bien, nos vemos en el comedor entonces.
Al no escuchar más supuso que ya se había ido. Tomó su celular para ver la hora, abrió sus ojos exageradamente al ver que realmente se le había hecho tarde, al parecer había olvidado poner su alarma la noche anterior. Rápidamente se dirigió al baño ¡Si! Su habitación tenía su propio baño, de hecho todas las habitaciones lo tenían, la casa era demasiado grande, incluso podría decirse que era una mansión.
Después de unos minutos Fátima salió ya lista del baño, tomó sus pertenencias y salió de la habitación, bajó corriendo las escaleras y se dirigió al comedor donde estaban Vanessa y Mar desayunando.
—Buenos días, ven a desayunar, le dije a Sandra que te preparará pan tostado con fruta y un licuado de plátano, está delicioso, come —dijo mientras movía una silla para que Fátima pudiera sentarse.
—¡Oh, lo siento abuela! Voy tarde, pero gracias, igual me llevo un pan tostado que se ve delicioso, ¡Adiós! —se despidió de su abuela con un beso en la mejilla—. Las veo mas tarde.
—Bien cuidate mucho.
Vieron cómo Fátima corrió hacía la puerta principal como si su vida dependiera de ello, para después salir. Vanessa miró a Mar, está sólo se encogió de hombros restándole importancia.
—Trabajo —dijo dándole una mordida a su pan tostado, Vanessa sólo asintió.
—¿Quieres licuado?
—¡Claro!
Y ellas siguieron desayunando tranquilamente.
Por otro lado Fátima ya había llegado, la noche anterior le había avisado a su amigo y socio Gael que trabajaría desde ahí, así que le habían preparado una oficina, justo ahora estaba revisando los correos que su asistente le había enviado.
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Un Mar De Lágrimas
Random[Cometió muchos errores, y ahora tiene miedo de pagarlos.] "Tuve un sueño, Dónde tenía todo lo que quería, No es lo que pensarías, Y si soy sincera, Pudo haber sido una pesadilla... Pero se sentía como si estuvieran allí... Si lo supiera todo, ¿L...