El ruido suave de los árboles que bailaban con el viento de primavera, las flores que decoraban un hospital.
Multiples sonrisas, alegría y personas enfermas que jugaban ajedrez bajo la sombra de los árboles.
El sonido de las ruedas, aquella silla que era empujada por un alto rubio de cabellos largos, amarrados en una coleta alta, un tatuaje de dragón llamativo, para comenzar a hablar de su vida.
Ser escuchado por quien no se podía mover, aquel amigo del alma, que su mirada era bacia, un cuerpo en estado de coma.
Seguía entre la vida y el sueño eterno.
- draken- dijo una hermosa rubia de cabellos largos para abrazar al rubio con con abrazo cálido.
Está se separó de él, tomando las manos de su hermano que ahora estaba en estado de coma.
Comenzó hablar tratando de que la escuchará,decías comentarios del pasado mientras los paseaban por el lugar.
Pero como siempre este solo seguía con aquella mirada vacía, un aspecto demacrado, su cuerpo delgado y desnutrido.
Su hermana acomodaba las sábanas de la cama, draken cargo a Mikey entre sus brazos para acostarlo.
- cinco años y aún no depuesta- dijo desanimada la mujer rubia de alta estatura para sentarse en la sala de espera junto al rubio algo que tomaba un vaso de agua.
- hay que tener paciencia- aclaro suavemente dándole ánimos- debemos estar para él.
- cómo está tu esposa e hijos?!- dijo emma que limpió sus lágrimas, establecido una charla agradable con el hombre de cabellos rubios.
Mientras tanto afuera se enckntebaa takemi sentado observando el hospital con agonía.
- porque no entras- dijo una voz amistosa para sentarse al lado del peli negro que se distrajo de sus pensamientos.
Al ver la gran melena de la hermosa mujer de cabellos negros, los ojos ví color y su piel de un tono moreno, sentándose al lado de su viejo amigo para nos mirar el cielo.
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- me siento culpable- dijo takemichi sin poder soportar la culpa de aquel día, soltó lágrimas de sus ojos para ver cómo TN lo abrazaba.
