22 Wishes Ꞝ Sahyo

05.

A los segundos se separaron, mirándose a los ojos y con la intención de volver a besarse.

Lo cual no sucedió al escuchar un sonido provenir de la entrada, una puerta había sido abierta fuertemente y el nombre de Jihyo resonaba en el lugar.

──¿¡Jihyo?!, ¿Estás aquí?──Preguntaba una voz un tanto suave, mientras los pasos se acercaban más hacia ambas chicas los cuales seguían con la misma cercanía.

──Jeong unnie.──Dijo la pelinegra al ver como la mujer aparecía en la puerta y les brindaba una amistosa sonrisa.

──Lo siento, no pensé que estarías aquí.──Añadió al ver como Sana la miraba con un rostro confuso.──Solo vine a buscar unos tragos para llevar a casa y me iré.

──No hay problema, Unnie.──Jihyo le respondió con una sonrisa.──Por fin puedes conocer a Sana.

Jeong hizo una expresión de sorpresa y se acercó hacia la menor, la cual se quedó un poco más tranquila al notar como la mayor se notaba como alguien amistosa.

──Un gusto, Sana. Jihyo me ha hablado mucho de ti.──Estiró su mano en forma de saludo, haciendo que la menor correspondiera a los segundos.

──La traje por su cumpleaños.──Dijo Park y se levantó del asiento, caminando en busca de otros tragos.──Fue ayer, pero hoy tuvimos tiempo de venir.

──Feliz cumpleaños atrasado. Espero hayas tenido un buen día.──Sana le sonrió.──Disfruten lo que quieran, ya me voy.

Ambas chicas se despidieron de la mayor, quedando en un tenso ambiente después de lo que había ocurrido entre ellas. Sin dudas Minatozaki se sentía un poco borracha después de beber tanto, pero nada le impediría borrar de su mente la sensación de aquellos dulces labios que lo acababan de besar.

──Ya es tarde, quizás también debamos irnos.──Dijo Jihyo con una botella en su mano, la cual se había tardado unos minutos en encontrarla.──Nos llevamos esta botella a mi departamento y podemos beberla allá.

──Está bien.

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Sana ya no se sentía tan nerviosa como antes, se podría decir que ahora estaba ansiosa de querer tomar la iniciativa y pedirle aquellos deseos a Jihyo que pensaba no eran correctos. Pero después de aquel salvaje beso, sentía que era capaz de todo.

Llegaron al departamento de la mayor, ambas entrando y sentándose en un sofá en la sala de estar. Sana mirando atenta a Park, la cual servía en dos copas aquel líquido que había traído.

Sana bebió un sorbo y a los segundos sintió un repentino dolor de cabeza, haciendo que dirigiera su mano a su frente y se quejara bajito. Jihyo al percatarse, se acercó y la miró con preocupación.

──¿Estás bien, Satang?

──Si, es que hace bastante que no bebo y siempre tomo menos de 2 copas.──Suspiró y tiró su cabeza hacia atrás dejándola caer en el respaldo de sofá mientras cerraba sus ojos.

──¿Prefieres que nos detengamos?──Jihyo dijo con un tono dulce.

──¿No tenias cosas que hacer?──Bostezó.──Puedo irme a dormir y tú haces lo que sea que tengas que hacer.

──Oh, sí, casi lo olvido.──Recordó la mayor y miró la pila de papeles que descansaban sobre la mesa de la cocina.──Puedes dormir en mi cama.

──Está bien.──Minatozaki se levantó del sofá.──No duermas aquí, hace mucho frío y puede que mañana te duela el cuerpo al estar incómoda.──Le dijo, con intención de que se fuera a acostar con ella cuando terminara su trabajo. Así sin más, caminó hacia la habitación de la mayor y tiró su pesado cuerpo en el colchón.

El departamento de Jihyo solo contaba con una habitación ya que sentía que era lo justo y necesario. Además la cocina y la sala de estar eran pequeñas pero cómodas respecto al espacio, así que no era algo que le preocupara al mayor.

A los segundos, la puerta de la habitación fue abierta.

──Satang.──La llamó dulcemente.──¿Qué deseas? Necesito que seas claro.──Jihyo quería escuchar salir de esos finos labios lo que la menor quería.

──Ya te lo dije...──Se reincorporó en la cama, mirando a la mayor quien se encontraba con una sonrisa en el marco de la puerta.──Puedes dormir aquí.──Dijo y tomó un poco de aire para volver a hablar.──Deseo que duermas conmigo, Hyo.

Sonrió y habló.──Duerme bien.──Se retiró, dejando a Sana con su rostro un poco sonrojado.

Su cuerpo se sentía cansado debido al alcohol y su cabeza dolía, así que para no hacer tanto esfuerzo simplemente se desvistió y ocupó una camiseta de la mayor. Se sumergió en las frías sábanas y al instante cayó en un profundo sueño.

Por otra parte, Jihyo estaba feliz de que la menor estuviera siendo más clara con lo que quería, ya que ella estaba a su disposición completamente. Su menor solo debía pedir y lo obtendría.

Intentó ser lo más rápida posible al revisar cada uno de los papeles llenos de peticiones de la oficina en donde trabajaba. Había dejado todo para última hora y en estos momentos se arrepentía de ser tan vaga, ya que si hubiera hecho todo eso cuando debía de hacerlo, ahora estaría acostada junto a Sana mientras le hacía cariño en el cabello.

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Dieron las 3:20 de la mañana y Jihyo firmó la ultima hoja que le faltaba. Suspiró cansada y sin pensarlo dos veces caminó hacia su habitación, observando el dormido cuerpo de la menor quien descansaba tranquila.

Sonrió para si misma y silenciosamente abrió las sábanas, dispuesto a acostarse a su lado. Se quedó unos minutos mirando al techo, pensando en lo que sentía por Sana ya que de un día para otro las cosas se habían vuelto bastante diferentes. Lo cual no le molestaba, es más, le gustaba estar junto a la menor.

Esta tarde al probar sus labios, fue como si su cuerpo reclamara por más. Quería seguir explorando a Sana y todo lo que tenía para ofrecerle.

Pero eso quedaba en lo que Sana deseara.