Estoy enamorado de un cuento de hadas
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Las uniones entre alfas y omegas eran sagradas desde el inicio de los tiempos. Mostrando su unión al mundo por medio de una marca. Los omegas en la zona de la nuca y los alfas en la curvatura del cuello.
Las marcas habían representado un lazo que era difícil de romper, los lobos nunca aceptaban a más de un compañero y los humanos difícilmente aceptaban a alguien con un lazo ya establecido.
Con el paso de los años y con el desarrollo de la humanidad las marcas habían comenzado a dejar de verse como algo más que una unión por amor. Eran la excusa perfecta para unir a familias adineradas, reinos y para cerrar negocios. Ciertos alfas habían dejado de ver a la mordida como algo exclusivo para sus omegas destinados, comenzado a marcar a más de un Omega, dañando en el proceso a todos los involucrados.
Por otro lado algunos omegas buscaban la estabilidad que en sus familias no encontraban, o en su caso, había ya un bebé de por medio, el cual, exigía la marca para poder crecer.
Con el paso de los años omegas y alfas olvidaron por completo la importancia de un lazo. Olvidaron que para que esté funcionará debía de haber amor de por medio.
Margaret lo entendió mucho tiempo después de que las cosas malas pasarán.
Su familia era pequeña. Con apenas una hermana mayor que una vez que había cumplido la mayoría de edad había buscado salir de su casa yendo a otro continente a continuar con sus estudios. Sus dos padres trabajando largas jornadas para poder tener algo de dinero, una casa pequeña en los límites del pueblito en donde vivían y por último ella con apenas 16 años enamorada de un alfa que había prometido cuidarla.
No habían hecho un cortejo por qué él alegaba que ella era su Omega y que eso en ellos no se necesitaba, ella le creyó por su puesto, su corazón y su lobo estaban de acuerdo en que cuando el destino decidía esas cosas entonces no tendría porqué haber protocolos. La había convencido de que se fuera a vivir con él, así que, un día mientras sus padres trabajaban, escribió una carta explicándoles que estaría bien, había tomado la poca ropa que tenía y se había ido. Dejando atrás a su pequeña familia y la persona que era.
Con el paso de los meses la vida que ella había planeado con su alfa no había salido exactamente como ella lo había imaginado. Las peleas se volvieron recurrentes, los insultos también y en un par de ocasiones los golpes fueron el punto final.
Pero Margaret jamás pensó en dejar todo lo malo que había en esa vida, creyendo que con la buena noticia que llevaba en su vientre su alfa cambiaría y su vida se volvería todo lo que siempre debió ser.
La cosa era que Jhon no la amaba. Él sabía que no era su Omega destinada porque quién lo era sonreía todos los días atendiendo un pequeño local de regalos.
Así que una vez que se enteró de la noticia la hecho de su casa, alegando que ese bebé no era suyo y que de todas formas moriría por la falta de una marca y de un hogar.
Margaret con un lazo roto, sin una familia a la cual recurrir, sin un hogar y con un bebé creciendo dentro de ella, quería solo dejar de existir. La vida no estaba siendo justa con ella y aún que, deseaba con todas sus fuerzas morir, su lobo no se lo permitió aferrándose a su bebé.
Decidiendo que quizás su bebé sería un buen motivo para vivir, consiguiendo algunos trabajos pequeños en el pueblo, durmiendo en las bodegas de los lugares en donde trabajaba, intentando comer lo mejor posible para que su lobo alimentará a su bebé. Permitiendo que toda aquella energía se concentrará en su vientre.
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One day
Fanfiction"...la cosa es que incluso cuando has tenido un mal día puedes esperar a encontrar de nuevo eso que te hace feliz. puede ser tu canción favorita en la estación de radio, tu comida preferida, re leer el libro que abrazo a tu corazón. puede ser inclus...