TRES

4 2 0
                                    

6 años Louis. 8 años Harry.

Louis era pequeño.

Y Harry no lo decía por la edad. Era el más pequeño de la clase de primaria y el más pequeño de los omegas del orfanato.

Para Harry eso estaba bien. Le gustaba que Louis fuera pequeñito porque era más fácil esconderlo cuando los descubrían robando galletas. O cuando tenía pesadillas y necesitaba colarse a la zona en donde Harry dormía.

Pero también era una desventaja constante porque continuamente los alfas más grandes lo molestaban. Quitándole a su conejo Boo o robando las rodajas de manzana que las cuidadoras les daban junto con su comida.

Así que ahí estaba de nuevo. Con un gran raspón en la rodilla, los ojitos azules más tristes que Harry le había visto en su corta vida y con su conejo Boo muy sucio aun aferrado a su manito.

-¿Quien fue?.-pregunto Emma amable. Preocupada porque el que Louis fuera blanco de ese tipo de ataques no estaba bien. 

Louis se encogió de hombros limpiando su nariz con el dorso de su mano.

-dile quienes son bebé boo.-pidió Harry. Su mano colocándose en la mejilla de su mejor amigo.

-Esteban, Arthur y Anna.-lloro louis extendiéndole el conejo a Emma para que lo lavara y le cosiera a su conejo de nuevo su estómago.

-te lo devolveré pronto.-sonrió Emma pensando en que quizás el peluche tendría que ir ya a la basura.- Harry podrías…-comenzó Emma girándose hacia el niño, el cual ya no estaba detrás de ella.-¿y Harry?.-preguntó Emma a Louis el cual solo de encogió de hombros.

-_$(#(#)#

-¡harry! por amor a los dioses suelta el cabello de Anna.- ordenó Emma. cruzándose de brazos cuando Harry libero el cabello de la niña dando un último tirón más fuerte que los anteriores.

Esteban y Arthur habían ido a acusarse con ella porque Harry, siendo un poco más pequeño, los había agarrado de sorpresa empujándolos a los matorrales que acaban de regar y limpiar llenándolos completamente de lodo, pateándolos antes de salir corriendo lejos de ellos.

A Emma no le había costado nada encontrar al niño pues el escándalo que Anna causaba con sus gritos había llamado la atención de todo el orfanato.

-la violencia no se arregla con más violencia.-corrigió la mujer.-todos debemos de tratar a los demás con amabilidad.-instruyo colocando a los otros dos niños a un lado de Anna.

-ellos iniciaron todo.-se quejo Harry señalándolos sin una pizca de arrepentimiento.

-Fuiste tu quien nos arrojó al lodo.-acuso Esteban.

-y tu me jalaste las coletas.-sollozo Anna.

-y ustedes le pegaron a Boo por ser más pequeño. Ven que no es divertido cuando se lo hacen a ustedes.-gruño Harry sus ojos entrecerrándose hacia los otros niños los cuales comenzaron a quejarse y a decir que lo que él decía era mentira.

-dejen de gritar.-les dijo Emma.-de ustedes tres no me sorprende, no es la primera vez que molestan a alguien, creo saber que están justamente cumpliendo un castigo por romper la muñeca de Gabriel. ¿No es así?.
Los tres niños asintieron.

-estoy muy enojada con ustedes.-les dijo observando a las tres cabezas inclinarse.-Quiero pensar que no están dispuestos a ir a la zona de niños malos ¿Verdad?

Los tres negaron con la cabeza.

-si estar cumpliendo un castigo no es suficiente para ustedes y las palabras ya comienzan a ser ineficientes. Entonces tendrán dos castigos que cumplir, sin postre un mes y los tres limpiarán los salones después de clases durante dos meses. La limpieza de las zonas los ayudará a mantenerse alejados de la idea de molestar a los más pequeños.

Ellos asintieron. Aún que en sus cabezas la idea de vengarse de Louis y Harry no estaba muy lejana.

-y tú.-señalo a harry borrando la sonrisa de victoria del niño.-estarás dos semanas ayudándome en la cocina. Y no podrás salir a jugar con nadie.

-emma…

-sin quejas. Ahora todos a sus habitaciones.- ordenó. Los tres niños más grandes obedecieron sin dejar de ver a Harry con enojo.

Harry siguió su propio camino hacia la enfermería asomándose dentro de ella para ver si Louis seguía ahí. El pequeño Omega estaba hecho una bolita sobre la camilla del lugar. Estaba dormido y con sus heridas protegidas con gasas. Harry sonrió al verlo más tranquilo al final del día los castigos no eran tan malos sin con ellos protegía a Boo.

Ese mismo día Emma comprendió dos cosas. La primera era que las almas gemelas existían, no todas eran adultas y no todas necesitaban de una mordida para asegurar su lazo. La segunda era que Harry y Louis eran almas gemelas, que el destino los había unido de una manera un poco cruel, pues los dos no tenían familia, pero al final de cuentas estarían juntos, la vida había encontrado la forma de unir sus caminos. Que el alfa y el Omega tendrían que ser constantemente vigilados pues los errores se cometían muy fácilmente cuando los lobos no estaban enseñados a esperar.

-_$+#()@@(+#)#)@)@#

El tercer día de su castigo había descubierto que, si a las galletas normales les quitabas un poquito de masa sobraba la suficiente para que salieran tres galletas más pequeñas y si tus manos no las dejaban lo suficientemente circulares Emma no las quería.

Emma dejaba que se las comiera, siempre y cuando, los demás niños no se dieran cuenta de que él comía las galletas que se suponía eran para venta.

-muy bien esto ya quedó. Te quedarás a vigilarlas en lo que voy a buscar a Ramona. Espero que mi alfa ya haya comprado las bolsas para guardar las galletas.

-ok.-respondió Harry sentándose sobre un taburete.-¿puedo comerme estás?.-pregunto señalando las galletas más pequeñas.

-si. Voy rápido.-le dijo Emma con una sonrisa saliendo de la cocina.

Harry tomo las tres galletas metiéndose una a la boca asomándose por la ventana.

-bebé Boo.-llamó Harry. Su mejor amigo estaba sentado debajo de la ventana. Su cabeza levantándose ante el llamado de Harry.

-hola.-sonrió Louis. Mostrando el espacio en donde uno de sus dientes se había caído.
El ratón de los dientes, o más bien Harry, le había dejado un caramelo de color blanco y rojo debajo de su almohada por su diente caído.

-toma.-le dijo entregándole las galletas.

-¿leche?.-pregunto Louis desenvolviéndolas de la servilleta en donde estaban.

-¡Oh! es verdad dame un minuto.-harry se bajó del taburete asomándose primero por la puerta hacía el pasillo. Emma aún no regresaba así que eso le daba unos minutos para tomar la leche.

Sirvió un poco de ella en un vaso. Entregándosela a Louis antes de que la puerta se abriera.

-¿todo bien Harry?.-pregunto Emma al ver al niño casi caerse del taburete.

-si todo bien.-sonrió intentando respirar profundamente.

Se bajó de la silla lavando sus manos para guardar las galletas.

One dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora