"Tuyo o mío".

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- Son mis hijas.

- También mías, no es razón para que te alejes de esa manera.

Mencionó Félix mientras convencía a Samy para que no se lleve a las gemelas fuera de casa; los problemas habían surgido mediante algunas salidas y fiestas que ellos tenían, como padres ninguno de los dos podía salir más de una vez a la semana, era estresante, pero la maternidad y partenidad es un poco sufrida en el primer año de vida de las pequeñas.

- No te pregunté, era una afirmación, son mis hijas, y me las llevo, tengo que pensar las cosas, no intercedas en eso.

- Está bien, solo responde algo.

- ¿Mhm?

- ¿Hice algo mal? ¿No te he dado lo suficiente? ¿Acaso no eres feliz aquí?

- Félix, no, y lo sabes bien, pero no siempre todo es color de rosas, no toda nuestra vida sería una luna de miel, somos papás ahora, y eso conlleva más responsabilidades y sacrificios.

- Sabes bien que no me falta nada, pero necesito pensar las cosas, no me iré de tu vida, por lo mismo que tenemos muchas cosas en común, entre ellas el amor que sentimos y nuestras hijas.

- Te amo, solo no lo olvides. - mencionó Félix mientras la miraba, habían pasado ya casi tres años, y los problemas surgían, claro que sus hijas no eran el motivo de estos, pero él no quería separarse de ella.

- No lo voy a olvidar, por que no me iré de tu lado, solo debo pensar muchas cosas, no estoy bien ahora, el estrés me está matando.- mentía, no quería irse, lo amaba y eso no lo cambiaba nadie, pero había algo, o quizás alguien, que la obligaba a irse por un tiempo del lado de su esposo.

- Sabes, recuerda que las gemelas y yo vendremos a visitarte a diario, y solo pensaré por una semana, quizás menos, no quiero que pienses que me iré permanentemente, solo piensa en que nos amamos y tenemos a quien criar con ese mismo amor.

Félix asintió y dejó un leve beso en la mejilla de su esposa, le dolía esta separación, y su mayor pregunta, ¿por qué lo hacía? ¿Ya no era suficiente?

Osvaldo ayudó a Samy y a las gemelas a trasladarse, pero antes las niñas tendrían que despedirse de su padre.

(Las bebés tendrían unos tres años)

- Hasta pronto, mis niñas, recuerden que papá las ama, solo una cosa, no olviden venir todos los días y traer consigo a mamá, las amo.

Besó ambas frentes y sonrió mientras sus ojos se cristalizaban.

- Papá...

Una de las pequeñas limpió sus lágrimas, mientras ambas lo abrazaban y sonreían.

- Las amo, más que nada, nos vemos mañana, ¿bien?

Les entregó sus peluches de pollitos, y las tres salieron por la puerta principal, Samy no se despidió, puesto que ambos ya habían hablando sobre eso, era difícil, pero ella prometió que regresaría, eso era lo que él más anhelaba, ver a su eaposa y a sus hijas junto a él, como antes.

Él solo se preguntaba: ¿Dónde está el amor? ¿Tu vida sigo siendo yo y solo yo?

"Tu vida soy yo y solo yo". Donde viven las historias. Descúbrelo ahora