¡Mi Primer Hater! 《EN hiatus》

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Han pasado unos cuantos días desde el incidente de la bofetada y la madre de mi vecina aun no aparece,¡Genial!

Tendré que seguir alimentando a su pequeño monstruo devora comida por más tiempo, en serio ¿esa chica conoce la palabra "límites"? O ¿siente algún placer al ver mi rostro iracundo de ira?

La verdad a este punto solo quiero tener una conversación con ella de manera civilizada, y si se preguntan por Boris, aún mantengo contacto con ella, si ella, recientemente en una conversación que tuvimos pude descubrir que era chica y tenía aproximadamente 16 años,es un año menor que yo.

Actualmente estoy de camino a casa de la criatura de baja estatura de la cual ahora soy niñera. -"¿que estará haciendo sin mí supervisando"?-.

Con Boris en ese preciso momento:

-!Estoy aburrida!- lo sé, raro en mi, ¡podría estar haciendo cualquier cosa de no ser por el estúpido de mi vecino! ¡El tipo me cuida y vigila en todo momento! Aunque es algo temporal, mi mamá me a dicho que tardará más de lo esperado fuera de casa, lo cual agradezco, no me apetece estar cerca de esa mujer.

Salí de mi habitación y note que todo estaba limpio -bueno, al menos el tipo sabe limpiar- restando imporancia a los diminutos detalles note algo importante.

No me sentía sofocada o acorralada en este lugar, por primera vez en muchos años mi "casa" se... se sentía como una casa de verdad y no como un lugar en el que vives. Me sentía segura en este solitario lugar.

-¿porque este cambio de ambiente tan repentino?- pregunte mientras caminaba por el pasillo que conocía ya de memoria, pero parecía algo nuevo, una nueva experiencia, las paredes color melón parecían recién pintadas, la madera de las puertas parecía mejor cuidada, la loseta del piso no estaba agrietada ni tenía líquidos rojos o, en su defecto tranparentes.

Explorando la nueva sensación en casa, la sala de estar no parecía lugar de una batalla campal entre estudiantes poco éticos, la cocina estaba ordenada y libre de manchas de sangre o una persona con una severa crisis mental. Y lo más importante, la voz de mi madre estaba totalmente en silencio, sin ningún reclamo, o algún regaño por salir a la luz del día. Mientras más disfrutaba esta nueva soledad, escuché que llamaban a la puerta, como siempre, hice la pregunta mágica.

-¿Quien es?- pregunte mientras ne acercaba a la puerta.

-Las pizzas de seguro- obviamente era mi paparazzi menos favorito. -que raro, no ordene pizza alguna, espere ahí que ya le pregunto a mi loro si el la pidio- respondí mientras me alejaba de la puerta, no quería ver a ese paparazzi de mierda.

-Escúchame pequeña, tienes 30 segundos para abrirme exactamente o sino...- .- o si no ¿que?- . -o si no... no te hare de comer y dejare que tu prepares tu comida y limpies tu casa por todo el tiempo hasta que regrese tu madre- después de esa pequeña amenaza considere todas las posibilidades y mi mejor opción era abrirle, no porque no quiera cocinar, sino porque el cocina mejor que yo. Así que una vez considere todos los factores le abrí la puerta.

-¿a donde fuiste?- pregunte mientras terminaba de abrirle la puerta y le daba entrada libre. -fui a comprar la comida de hoy al mercado, ¿Tu que hiciste?- me miró a la cara y yo solo desvíe la mirada, no le iba a hablar de mis depresiones.

-que te importa- solte y me empece a mover del lugar mientras sentía su mirada clavada en mi espalda, tal vez no le gusta que le paguen con la misma moneda. Seguí mi camino hasta que escuché cierto cuchicheo de su parte -maldita bipolar enana- eso toco mi orgullo, pero no se lo iba a dejar saber.