Prólogo

27 7 0
                                    

Octava Generación de la Dinastía Lafferte

Décimo Año Dorado

Rey Regente: Demetrio Lafferte

Hace muchos, muchos años, antes de que Pretos fuera formado, nuestros antepasados vivían en condiciones primitivas, no tanto en cuento a sus costumbres, sino más bien por su organización, o la falta de esta. Pretos comenzó siendo una pequeña comunidad de cerca de una docena de miembros, o al menos eso cuentan las antiguas leyendas. Pero con el tiempo, la población fue creciendo, se fue desarrollando de tal manera que llegó a tener millones de habitantes, por lo cual surgió la necesidad de organizarse. En las mentes de aquellos primitivos no existía aun la palabra ley o reyes o monarquía, o cualquier otra forma de organización de un reino, pero si estaba latente la idea de que para dirigir tanta cantidad de personas, era imprescindible un líder, alguien que supiera dirigirlos y organizarlos, que velara por su bienestar y mantuviera la paz. Fue así como el nombre de Kletos Lafferte se escuchó por primera vez, tenía solo 23 años cuando fue escogido como líder, no fue mediante una votación por sus cualidades morales, no al principio, sino porque demostró su valía en combate, que para los primitivos era lo más importante por aquel entonces, en una cruda y sanguinaria competición contra los demás candidatos que se presentaron.

Aunque al inicio no contaba con la aprobación de muchos, porque creían que no tenía con la madurez suficiente, pronto pudo probarle a sus súbditos y a sí mismo el lugar que estaba destinado a ocupar en la vida. Era desconocimiento de los primitivos la existencia de otra masa de habitantes cerca del área que hoy ocupa el reino de Pretos, vivían en las Montañas del Oeste, y se podría decir que habían alcanzado un mayor desarrollo, se hacían llamar los rebeldes, y aunque ambos grupos hablaban el mismo idioma y físicamente eran similares no compartían las mismas costumbres.

Mientras que los primitivos eran pacíficos y habían decidido elegir a un líder que implantara el orden y la paz a su gente, los rebeldes eran precisamente eso, rebeldes, no creían en normas ni en el orden y deseaban hacer del mundo un lugar libertino y sin límites. Pronto ambas poblaciones tuvieron su primer choque, tras el rechazo por parte de Lafferte a una alianza con los rebeldes comenzaría la Gran Guerra, como es conocida. Duró poco más de diez años y en esta la gran población de primitivos fue reducida casi a la mitad, había que decir que los rebeldes, al estar más desarrollados, tenían incontables ventajas, aunque por aquellos años aun no se habían perfeccionado las técnicas de lucha, sí contaban con la presencia de armas básicas como flechas, lanzas y espadas.

Fueron los años más duros que la historia narra hasta la actualidad, hasta que el bueno de Kletos Lafferte finalmente terminó la guerra tras la Victoria de los Cielos, donde no sólo derrotó a los rebeldes, sino que también asesinó a su líder y el más cruel de todos. Fue entonces, tras tantos años de guerra, que finalmente llegó en forma de idea, la necesidad de ponerle nombre a esa pequeña población que había sobrevivido, de avanzar en su estilo de vida, y así surgió el reino de Pretos, que aunque al comienzo fue formado por algunos miles, con los años creció de manera exagerada. Se aprovechó la naturaleza y los primeros castillos se vislumbraban en el horizonte, el mundo veía como los, no primitivos, sino pretenienses dominaban su alrededor, y con Kletos Lafferte surgió el título de Rey, y se implantó el sistema político que los regiría, la monarquía, llevándose a cabo el Primer Año de la Dinastía Lafferte de Pretos.

El apellido Lafferte no murió con el paso de los años, fue extendiéndose como pólvora mientras más reyes descendientes de Kletos ocupaban el Trono de Espinas, nombre que el primer Lafferte Rey le puso, no porque estuviera compuesto de espinas, sino por la sensación abrumante que trae consigo, de tener miles de espinas a punto de cortarte si cometes un paso en falso. Como es comprensible el equilibrio de la naturaleza y el destino mismo trajo al mundo reyes justos y pacíficos, pero también dictadores, amantes a la guerra y al caos, pero nada de eso pudo derrumbar el imperio en que Pretos se había convertido

La Maldición del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora