Niña

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Tory picaba cebollas mientras soledad cortaba verduras, ella agradeció a su madre que le haya enseñado a cocinar tan rico como ella lo hacía.

—hoy en la noche habrá una cena familiar—hablo Soledad.

—y eso a qué se debe—mire a Soledad.

—vienen sus hijos, y van a hacer una cena de bienvenida y "familiar"—en la última frase, con sus dedos hizo comillas.

—okey—solo pude decir eso.

Capaz son iguales a su hermano Robby, aunque que tal si no son así... tenía curiosidades y mire a Soledad.

Y decidí hablar.

—¿como se llaman los otros hijos de los patrones?—pregunte.

—el mayor Jasper es demasiado serio, igual que sus padres y con una mirada tenebrosa, los mellizos Thomas y Emma, cuando vienen a la casa  son como invisibles, solo los ves en el desayuno, comida y cena. Son raros, pero eso no les quita que sean igual que sus padres—teemino de hablar y camino hacia la estufa.

Ahora tenía más dudas y preguntas, solté un suspiro y seguí con mi trabajo.
Una voz me hablaba, reaccióne y mire hacia la puerta de la cocina ahí se encontraba Bertrand con el ceño fruncido.

—Victoria, necesito que vayas al cuarto de la niña Charlie—ordeno Bertrand.

—y su niñera—frunci el ceño.

—no pudo venir hoy, necesito que tú cuides a la niña Charlie—yo asentí y salí de la cocina, para ir al cuarto de la niña Charlie.

Cuando llegue abrí muy lentamente la puerta y Vi a la pequeña sentada en su cama, mirando hacia su ventana, después de unos minutos se dió cuenta de mi presencia.

—hola buenos días niña Charlie—y sonreí.

—buenos días Vicky—sonrio la pequeña.

—¿tienes hambre?—pregunte.

—sii, quiero comer—chillo la pequeña.

La tome en brazos y baje con ella hacia la cocina, cuando llegamos la senté en una silla, mientras prepare el desayuno de la pequeña.

—Vicky—gire rápidamente hacia la niña.

—sii.

—¿y Robby?—pregunto la pequeña, quien jugaba con su pulsera.

—esta durmiendo—la niña Charlie sonrío.

—es un dormilón—rio la niña.

—bueno, come ahora—le dediqué una sonrisa y coloque el desayuno en la mesa a la niña Charlie para que ella desayunara.

Me dedique a observar a la pequeña, era muy linda como angelito, una luz para esta casa. Miro mi rostro y me sonrió y le devolví la sonrisa.

—eres muy linda—hablo la pequeña y sonreí.

—pero tu más, pequeña—ella sonrió.

—prefiero que tu me cuides—se cruzó de brazos.

—¿Por que?—prefunte

—no quiero a la niñera es mala, no me deja comer dulces—hizo un puchero con sus labios

—pero yo no puedo pequeña—suspire.

—si puedes—hizo un puchero con sus labios.

—aunque me hagas pucheros, tu madre es la que decide y da las órdenes—y solté un suspiro.

—yo quiero que tú me cuides, por favor—y me miró con esos ojitos tan tiernos.

—aunque yo quisiera, pero no sé va poder—la acaricie una mejilla.

*SOY SOLO UNA EMPLEADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora