Capítulo. - 1

3 1 0
                                    

En una tierra lejana, en un lugar totalmente escondido del mundo, arriba de una gran montaña vivía un gran pueblo, pacífico y lleno de tranquilidad, el nombre de este era Bélenn, asi era conocido este asombroso lugar por muy pocos viajeros, no todos tenían ese hermoso privilegio de entrar en esta ciudad.
 

En este pueblo la paz sólo era conocida como una simple palabra, ya que acá vivían tres personas que pareciera que les pagaran por hacer travesuras, un niño y dos niñas para ser más especifico, sus nombres eran bien conocido en todo Belén, no eran malos, solo traviesos.
Todo era tranquilidad, era cerca del medio día y era muy extraño que aún no se sabía nada de este pequeño grupo, siempre había desorden desde bien temprano, pero esta vez pareciera que les había ganado el sueño o eso querían creer, ya que al fondo se escuchaba el grito de una niña mientras la tierra temblaba levemente.

-Abran paso, todos quítese del medio.

La gente tuvo que levantar la vista para ver a una bestia llegando al pueblo, sobre ella se encontraba Máron, delante de ambos se hallaba Melcifer que corría desesperada para no ser alcanzada, todos los que se encontraban en la entrada del pueblo salen corriendo del miedo mientras esta bestia pasaba, el único que no logró escapar fue Hastel, hermano de Máron.

-Buenos días.

Le gritaba Máron mientras se reía encima de la bestia, al verlos se asusta como toda persona normal y comienza a correr a la par de Melcifer.

-¿Como hicieron para subir la montaña con esta cosa gigante?.

-¡Ah! Buenos días Hastel.

-¿Te parece que sean buenos?.

-No tengo idea, yo solo corri cuando Máron subió encina de esa cosa.

-¡¿Que?!. ¿Subiste tu sola la montaña?

-¡¡¡AH!!! ¡¡¡VAMOS A MORIR!!!.

-Máron, deten a esa bestia, estas rompiendo el pueblo.

-No la va a frenar, hace como una hora que lo estuvimos intentando.

-¿Estuviste corriendo por una hora? Me impresiona tu resistencia.

-Muy bien Orlando ya basta.

Con estas simples palabras la bestia de cuatro metros de alto se frena en seco y Maron se cae desde esa altura, pero gracias a su agilidad cae de pie con mucha gracia.

-¡¿QUE?!.

Melcifer se acerca enfurecida y le toma con ambas manos de la remera mientras su respiración no se establecía, le costaba horrores respirar.

-Pudiste frenarlo cuando querías, pero me tuviste haciendo correr por una hora.

-Pero superaste tus límites, lograste subir la montaña tu sola, ayer me habías dicho que no podías hacerlo y creías que nunca lo lograrias.

-Ah, es verdad, gracias Máron.

-No puedes dejar de estar enojada así de simple.

Máron se acerca a Orlando para hacerle cariños.

-Muy bien, eres un muy buen chico.

Melcifer se sienta sobre unas rosas que había en el lugar.

-Estoy muertisima. Las piernas no dejan de temblar.

Hastel se acerca a Máron enfurecido.

-Me dijiste que ibas a comprar las verduras y yo me encargaba de la carne.

-Si, ya se, solo pasaron cosas.

-¿Pasaron cosas? Te hiciste amiga de una bestia gigante, bajaste toda la montaña. ¿Como terminaste así? Solo tenias que comprar verduras, solo eso.

Gedymo - En La Última Página De AyruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora