Capítulo. - 2

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Hastel y Máron llegan a su casa todo llenos de mugre.

-Por fin llegan, ¿Donde estuvieron?.

-Estuvimos limpiando la plaza.

Su tío suspira aliviando su malestar, ya que había creado una situación ficticia donde ellos estaban lastimados, esas palabras de Máron hicieron que se calmara sabiendo que todo lo que había imaginado no era nada más que su imaginación aprovechándose de su temor.

-¿Que hicieron esta vez?.

Hastel se adelanta y deja hablando sola a Máron.

-Que hizo ella.

-No hice nada.

-¿Segura?.

Saúl la mira fijamente para presionarla a que diga la verdad, ella trata de evitar cruzar la mirada con su tío, trataba de buscar algo con que distraerse y así aliviar su presión.

-¿Y esto que significa?.

Saúl se acerca a la ventana y corre la cortina para encontrarse con la bestia gigante que había destrozado la plaza.

-¡ORLANDO!.

En el instante que escucho la voz de Máron gira su mirada para verla fijo a los ojos, ella tapa su boca tratando de atrapar el sonido de su voz, pero era inútil ya que logró salir.

-¿Orlando?.

-Es el nombre que ella le puso.

-¡Cállate idiota!.

Su tía deja de cocinar para verla al escuchar la última palabra.

-Cuide sus palabras señorita.

-Si, lo siento tía.

-¿Donde lo encontraste?.

-En la pradera, en el tercer nivel.

-¿Como lograste que suba?.

-Use de carnada a Melci.

-¿Ella está bien?.

-Claro que si.

-¿Piensas quedartelo?.

-¿Puedo?.

-¿Como vas hacer para alimentarlo?.

-Es herbívoro.

-Esta bien.

-¿Que? ¿No va a cuestionar nada?.

Se aleja para asomarse por la ventana.

-Bienvenido a la familia Orlando.

-¿Va a dejar que se quede con esa bestia gigante?.

-Cállate Hastel, tu tienes un oso mugroso.

Ella se dirigía a su hermano mientras le hacía burla.

-Si, pero Azul no mide treinta metros.

-Orlando no mide tanto, no exageres.

-Basta, vayan a bañarse y siéntensen a cenar, ya está casi lista la comida.

Ellos dejan de pelear y se separan, ambos se van a la habitación a buscar sus cosas, sus tíos no podían dejar de mirarlos con ternura y nostalgia.

-Los voy a extrañar mucho, esta casa volverá a estar en silencio.

-Ya no tendré que pensar en que cocinar, sigo estando encontra de tu mamá con que vayan.

-Yo igual, pero ella sabe lo que hace y era el deseo de su madre que asistan ahí.

Gedymo - En La Última Página De AyruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora