DOS

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Recorro las gradas y arrojo una botella de agua vacía en un bote de basura que me queda de camino.

Llego hasta las escaleras y comienzo a subir hasta la último palco. Me gusta hacer esto cuando acaban los entrenamientos, disfruto bastante de estar solo.

Hoy hemos acabado más temprano que de costumbre, el entrenador estaba algo complacido por la victoria de ayer, así que hoy no hemos tenido una práctica larga. Aunque para mí eso no es tan bueno, porque significa que pasaré más horas en casa.

La gran mayoría de los entrenamientos son en el instituto, excepto algunos que son en estadios cercanos, pero eso solo ocurre cuando vamos a tener partidos extraescolares, como el de ayer.

Abro mi mochila y agarro una caja de cigarrillos que le he quitado a Eliot. No solía gustarme mucho esta porquería pero últimamente le estoy agarrando el gusto.

Enciendo uno de ellos e inhalo el humo reteniéndolo en mi garganta.

Mi teléfono vibra, debe ser algún mensaje de Jade. Desde su llamada siento que ha comenzado a doler un poco su ausencia. Es inevitable, ha sido mi chica por más de siete meses y he de admitir que siempre me he sentido muy a gusto con ella. Jade es muy guapa, me entiende, me da mi espacio, es cariñosa, y está buena, no se le puede pedir más a la vida en una chica.

Todos en mi antiguo instituto decían que era de las chicas más guapas, y yo estoy consciente de ello. Admito que en estos meses le he tomado cariño, pero no estoy seguro de poder mantener una relación a distancia, o no lo sé, últimamente no puedo pensar con claridad.

Reviso mi móvil pero el mensaje no ha sido de Jade sino de Emma, quiere saber cuanto tardo en llegar a casa, necesita mi laptop para terminar su tarea.

Le doy una última calada a mi cigarrillo y dejo escapar el humo por mi nariz. Me pongo de pie y arrojo los residuos al vacío.

Tengo la hermana más fastidiosa del mundo.

Bajo las gradas una por una hasta tocar el suelo y me encamino hacia el interior del instituto. Debo ir a los lockers a tomar el cargador de mi portátil y dejar algunos libros que no voy a necesitar.

Llegando a los pasillos del interior busco un lugar para deshacerme de la caja de cigarrillos, olvidé hacerlo cuando estaba afuera y no quiero llegar con ellos a casa, hace unos días mi madre descubrió el olor en mi ropa, y no quiero otro sermón innecesario.

Antes de arrojarlos me cercioro que nadie esté mirando, pueden expulsarme si saben que los llevo. Eliot ha descubierto un punto ciego en esta zona del pasillo, no hay cámaras apuntando hacia aquí, es el mejor lugar para pasar desapercibido mientras me deshago de los cigarrillos.

Todavía quedan algunas personas en el instituto, supongo que la gran mayoría ya habrá terminado sus clases, pero siempre hay quien tiene alguna clase a última hora.

Llego a los casilleros y me quedo unos segundos intentando recordar el número de mi locker. Aún no sé exactamente dónde está y ni siquiera qué número lleva, así que tardo unos minutos en encontrar la cerradura que se abre con mi llave.

Abro la puerta con cuidado de que no se caiga todo lo que está dentro, no creo haberlo dejado muy organizado en la mañana cuando tomé mis libros.

—Ey, Mike, ¿Cómo has estado? —escucho a alguien a mi costado.

Miro por encima de mi hombro para ver de quien se trata, no puedo darme la vuelta de inmediato, o se caerán todas mis cosas, digamos que la organización no es mi fuerte, casi siempre llevo prisa así que no me empeño mucho en ordenarlo.

5 Cosas que no sabes sobre mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora