血の心臓 ❤️ Corazón de sangre ❤️ (IMAGINA PARK JIMIN Y TÚ)

PRIMERA PARTE

Bueno, gente. Estamos a solo 66 días para celebrar Halloween. Así que junto a Jimin y los demás chicos de BTS, queremos dejarles esta grandiosa aventura de vampiros y sangre. Mucha, mucha sangre. 

Disfruten entonces, Army. 

Octubre 30-3023

La luz tenue de la mañana se deslizó por los barrotes de metal que protegían la única ventana y que insinuó su llegada a la reducida celda en la que me encontraba. Sentado con la espalda pegada en la pared, vi a la única compañía que tuve desde la noche anterior y que se mantuvo sentada en el suelo. En su respectiva celda. Era una jovencita que compartía la misma desgracia del silencio y la soledad como yo.

Ambos estábamos en unas deprimentes celdas de aislamiento gris en una de las conocidas Koban (o estaciones de policía para dejarlo más claro, en términos de español a japonés) ubicadas aquí en Kanazawa.

La cama metálica en donde yo estaba tenía un colchón delgado y manchado. La chica de la celda de al lado tenía la misma cama. Se veía pequeña y era morena. El suéter negro sucio que usaba no se comparaba en nada con su cabello negro y enredado. Pensé que la edad de esa chica rondaba los veinte o veintidós años. Por eso me pregunté qué hacía ella ahí en ese lugar. Los moretones en su pequeña cara eran un poco alarmantes.

_ ¿Todavía está ahí?

_ Ah, sí. Lo tenemos encerrado desde hace horas.

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Llevaba tan solo una hora trabajando cuando el alguacil Makoto me llamó desde la Koban para avisar una vez más, que mi hermano mayor Seok-jin había sido arrestado por enésima vez este mes, debido a su incontable disputa con un grupo de estudiantes que aspiraban ir a la Universidad de Kanazawa.

_ Es la octava vez que pasa, (T/N)-dijo-Debería encerrar al imbécil de tu hermano de por vida.

_ Dios, Jin-dejé los platos en la mesa cuatro para la pareja de ancianos que ya me estaban peleando por su desayuno. Tenía el teléfono pegado a la oreja mientras junto con las demás chicas íbamos de un lado a otro, repartiendo desayunos, en el Restaurante Karin Sushi-Enseguida voy para allá, Makoto.

_ Bien.

Colgué y le pedí a los gemelos Jun y Junko que cubrieran mi turno por una hora al menos, mientras solucionaba como siempre, los problemas de mi hermano mayor. Ambos eran gemelos fraternos que conocí en el jardín, hacía siglos (en términos exagerados por una telepática como yo) y que se volvieron mis primeros amigos japoneses.

_ Ve, y no te preocupes, nena-Jun tenía una sonrisa encantadora. De esas famosas sonrisas blancas e impecables que te generaban confianza-Yo me encargo de avisarle a Yoshi.

_ Gracias, Jun. Eres un amor.

No es nada, (T/N). Por ti, yo haría cualquier cosa.

Es lo que leí de su mente.

Tragué saliva, nerviosa.

_ No te confies mucho, (T/N)-su hermana gemela me sonrió, pícara-Jun suele comportarse como un idiota con todas las personas, la mayor parte de su tiempo.

Jun es un perro, (T/N).

_ Cierra la boca, Junko.

Les sonreí a ambos algo incómoda, antes de quitarme el delantal y salir corriendo por la puerta trasera del restaurante con las llaves de mi auto apretadas en la mano. Ah, pero la Koban solo estaba a cinco kilómetros del restaurante.