Capítulo 5

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  No tenía muchos amigos en la preparatoria, sin embargo conozco a un par de personas de vista. Lo primero que veo es a la ex-capitana del equipo que se despide del que debe de ser su marido y le indicaciones para cuidar de los dos niños a su lado, que dejen tener entre cuatro y seis años. La verdad es que ha ganado algunos kilos pero sigue siendo preciosa.

Su personalidad era un asco. Ahora más bien parece una madre dulce y diligente.

Veo algunos rostros conocidos repartidos a lo largo de toda la estancia, estamos en el restaurante del hotel. Arreglado con tonos pasteles y dorado, de excelente gusto. Algunos van muy arreglados, muchos parece que no ha pasado un día desde que nos graduamos, otros prácticamente están irreconocibles.

Veo a las mellizas Rodríguez, nunca me cayeron particularmente bien, aunque ellas no eran las peores, solamente se limitaban a reírse. Ahora en cambio, no creo que puedan cambiar la expresión de su rostro en absoluto, se nota un increíble abuso del botox en sus rostros.

–¡Hana! –miro hacia mi derecha en la dirección en la que provino el gritito y sonrío por primera vez desde que entre en la sala.

–¡Alisha! –contesto y dos segundo más tarde estamos agarradas en un fuerte abrazo lleno de nostalgia. –Que alegría verte –digo con sinceridad.

–¡Y yo a ti! –contesta –Se suponía que tenía que darte la bienvenida cuando llegases como a lo demás, pero fui a por una copa porque me estaba aburriendo como ostra en la puerta. ¡Pero aprovechas justo ese momento para llegar!¡Solo tú! –comenta entre risas y yo sonrío.

Alisha siempre fue una belleza, quizás la más bonita de todo nuestro grupo de amigos. Piel morena, labios gruesos, y mentón redondo, tiene unos ojazos azules que contrastan con su cabello rizado. Antes, en la preparatoria, se lo alisaba la mayoría del tiempo pero ahora lo lleva orgullosamente peinado para destacar su volumen y debo admitir que le asienta muchísimo.

Su rostro luce juvenil y jovial y lleva un traje de pantalón de vestir y americana color marfil con adornos de piedras precioso.

–Ven, te acompaño hasta tu mesa. –duce enganchando su brazo con el mío como cuando teníamos diecisiete. –Se que eres actriz, he visto algunas de tus películas, me han encantado por cierto y el otro día vi una sesión de foto que hiciste con ese actor italiano guapísimo de la serie y no pude evitar envidiarte  con toda mi alma. ¿Estás saliendo con él? –pregunta provocándome un ataque de risa.

–¿Giovanni? Oh no para nada –contesto riendo. –Es un buen amigo y un excelente colega. Cuéntame qué tal tu vida.

–Oh bueno, prácticamente estoy casada con mi trabajo así que no hay mucho que contar –dice y nos detenemos junto a una mesa. –Terminé la universidad y me fui a trabajar a la empresa de papá, luego de que se retirará yo tomé el mando pero aún el lleva algunos hilos, sabes cómo es eso. Hemos estado en el proceso de abrir otra sucursal en Seattle y lanzar un nuevo producto. –completa brevemente.

–¿Estas llevando la empresa? Eso es genial Alisha, me alegro mucho por ti. –digo agarrando sus manos y ella me da un apretón agradecido.

–Gracias, la verdad es que estoy feliz pero no ha sido fácil imponerme, ya sabes, siendo joven y mujer, pero ahí vamos –suelta un pequeño suspiro y luego esboza otra sonrisa. –Entonces, esta es nuestra mesa, digno nuestra porque aquí está tu lugar –dice señalando la silla junto a mi cadera. –A tu izquierda voy yo y en frente Martha que llegará en unos diez minutos, según su mensaje. Y a tu derecha Chris –la observo y me sonríe. –Se que hace años no se ven y también sabía que querrías que estuviese a tu lado, así que como organizadora me aproveché un poco he hice lo que me dió la gana.

Cuando nos volvamos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora