Steve Rogers

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Las puertas del elevador se abrieron y el sonido tipico de elevador lo hizo estremecerse

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Las puertas del elevador se abrieron y el sonido tipico de elevador lo hizo estremecerse. Tomó valor para salir, se frotaba las manos con nerviosismo y pasaba saliva por su garganta constantemente. Su cuerpo temblaba de la necesidad de empezar lo que vino a hacer, pero estaba claro que llevaria tiempo seducir a cualquier hombre que estuviera en esa fiesta, y varias copas encima.

La gente estaba por todos lados, mujeres y hombres disfrutaban de la fiesta que Antony Stark habia preparado. Divisó a sus posibilidades, y de pasó encontró nuevas opciones: Buky, Sam, Steven, Scott.

—¡Ey! Joven Parker —se acercó el anfitrión de la noche—. Espero que estes bien, niño.

—Lo estoy, señor Stark.

—Te he dicho varias veces que me llamaras Tony. No hay necesidad de formalidades —le recuerda.

—Lo siento... Tony —decir su nombre se sentía raro, la cara de Tony siempre se mostraba alegre y movia sus piernas de forma extraña—. Usted puede llamarme Peter.

Asiente con la cabeza y lo toma del brazo para jalarlo a la miltitud de la fiesta. Muchos lo saludan con la mano, otros le dicen que se divierta, pero nunca se queda mucho tiempo con ninguno. Tony lo lleva hasta la isla del bar y se sientan en las comodas sillas.

—Dos shots, porfavor —pide el adulto.

Peter ha tomado muy pocas veces, pero esas pocas fueron suficientes para aprender cuando debe de parar, y si quiere disfrutar de lo que la noche tiene para ofecerle, tiene que estar sobrio.

—Esta es tu oportunidad, Peter —le dice Tony, cuando les dan los tragos y se lo toma de una. Peter hace lo mismo, siente como le quema la garganta y hace una llamarada en su estomago—. Llegó el momento donde le demuestres al mundo que ya no eres un niño pequeño que no sabe limpiarse el tracero.

Y sí que planeaba demostrar que ya no era el chiquillo mimado de su tía May, pero no de la forma en la que Antony Stark tenia pensado. El millonario siguió hablando, aun así, Peter no le pesaba atención. Su mirada cayó en Brus Banner, quien estaba hablando con Natasha Romanof sentados en un sillón, vestia un traje gris que lograba resaltar su pelo negro. Bajó su mirada a la entrepiera del doctor, se notaba voluminosa, se veia algo entre ese color sin expresión de sus pantalones. No pudo evitrar morderse el labio.

La necesidad era algo con lo que Peter luchaba diariamente, ser un adolescente morboso terminaria siendo su perdición; o segun Peter, su bendición. Vio la cara de Brus moverse hacia donde estaba él, y Peter retiró su mirada de la anatomia deseable del doctor para no ser cachado. Pero fue lo peor que pudo haber hecho, su mirada terminó conectando con la de Steve Rogers, quien le sonrió de forma acusadora y negó con la cabeza.

Mierda, mierda y mierda.

El capitán América se dió cuenta de que miraba a Hulk.

Tomó con rapidez el segundo shot que Tony le invitó y se lo tomo sin pensarlo, vio que este se de iba a tomar su propio shot, pero se lo quito de forma rapida y se lo tomó igual.

Si todos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora