Bottom ∆ Taekook

Caperucita y el Lobo

Los padres de la Omega llegar al castillo cuanto antes, el ambiente desde la entrada era pesado. No pudieron pasar por alto las miradas poco discretas de los guardias, habían tanto miradas de lástima, como de burla y de rabia.

Los padres de la Omega no entendían que pasaba.

Al ser escoltados al despacho del alfa, los señores Lee no pudieron evitar asustarse. No sabían que pasaba y su hija no les contestaba desde ayer por la tarde.

Dentro del despacho del alfa una acalorada discusión se formaba. Su padre intentaba por todos los medios abogar por la Omega Sojin, creía incapaz a la Omega de hacer tal falta de respeto como golpear y denigrar a la luna de su pueblo.
Taehyung estaba a nada de dejar que su lobo tome el control, su padre estaba realmente tentando a su suerte al poner su palabra en tela de juicio.

- Papá, realmente no quiero dejar que mi lobo tome el control, si no te tranquilizas voy a enviarte una temporada a la casa de campo.- Mencionó entre dientes, realmente intentando no perder el control.

- Hijo, no puedes hacer eso.-Dijo alterado.- Soy tu padre, tu familia y debería estar por encima de cualquier persona, siempre. Te lo pido de favor, seguramente se está exagerando la situación.

-¡PADRE!.-El alfa golpeó la mesa fuertemente mientras se levantaba de su lugar.- ¡Yo estaba ahí! Esa maldita Omega se atrevió a dañar a MI luna, a tu luna y a la luna de todos los malditos lobos. No me pidas piedad por esa persona, no pongas en duda mis palabras Y, ¡VETE DE MI MALDITO DESPACHO!

Tanto su padre como su madre se exaltaron completamente, el miedo recorrió su sistema y no pudieron hacer nada más que salir de la habitación.
Al salir vieron a sus amigos esperar para entrar y ser notificados de la situación. La señora Kim no pudo hacer más que disculparse mientras los veía entrar al despacho, donde un alfa totalmente furioso los esperaba.

Los gritos desesperados de la familia Lee se podían escuchar por todo el lugar. Una mujer lloraba de forma desgarradora mientras su alfa intentaba consolarla y ser el soporte de los dos.
Como guardia real estaba al tanto de la gravedad de las acciones de su hija.

-Pueden pasar a hablar con ella. Les daré dos días para que puedan despedirse apropiadamente.- El alfa mencionó en un tono frío.- Luego de ese tiempo, será ejecutada, tendrá una muerte indolora pero no podrá salvarse de esto.

Nadie nunca más iba a dañar a su omega, no iba a permitir jamás que las lágrimas de tristeza y dolor inunden si bello rostro, no mientras el viva. No le importaba que lo tomen como un exagerado, su Omega ya soporto suficiente mierda de este mundo como para que tenga que seguir haciéndolo, el ya estaba ahí para protegerlo.

Jungkook se encontraba en la biblioteca, su alfa había acondicionado un lugar para su nido y había llenado el lugar de su aroma pero aún así el pequeño Omega no podía evitar extrañarlo.

Quería tanto que su alfa este con el que no se dio cuenta de que su Omega estaba  llamándolo y se asustó mucho cuando la puerta de la biblioteca se abrió de forma brusca, más se tranquilizó cuando pudo visibilizar a su hermoso alfa.

En tiempo récord el Omega se levantó y trepó sobre el alfa, abrazándolo y llenándolo de besos y mimos.

-¡Alfa! Te extrañe tanto.- El puchero del Omega era totalmente adorable y sus ojitos de Bambie tan brillantes fueron la total perdición del alfa.

El resto del días tanto alfa como Omega se dedicaron a darse mimos, dormir y leer encerrados en ese pequeño lugar de la biblioteca. Nadie se atrevió a molestar a la pareja, sabían que era algo que necesitaban.