El Mentiroso

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Acomodo su traje de etiqueta con una mueca en la boca, odiaba el formalismo pero era necesario para aquella ocasión. Se miró una vez más en el espejo y resoplo decidido a no usar esa fea corbata que llevaba de acompañante el traje.
Debía cumplir una misión junto a Delta, al parecer un importante mafioso sueco quería comprarle un cargamento a Jigeen, un ferri lleno armas atracado en el antiguo muelle comercial de la costa norte o alguna mierda así había entendido.

Revolvió su melena oscura y cogió el móvil sobre la cama que comenzaba a sonar.

- ¿Ya estás listo?- pregunto la alfa al teléfono.

Soltó otro resoplido- si, puedes pasar.

- Muy bien, te veo en cinco- colgó.

Kawaki tomo el arma que se encontraba en la mesita junto a la puerta del baño y la guardo en el cargador en su cinturón, el saco la cubría muy bien de los ojos de cualquier persona, también guardo su móvil y salió de la habitación en dirección a la puerta de salida de su departamento. Camino por el solitario pasillo y tomo el ascensor bajando hasta la primera planta donde se encontraba recepción, en la barra había una chica de traje y peinado bien acomodado. Aquel edificio no era cualquier chiste, Kawaki se había encargado de buscar un buen lugar para vivir cuando empezó a ganar mucho dinero por los trabajos que hacía, él no escatimaba en eso, no cuando su niñez había sido tan precaria económica y emocionalmente.

Salió a la calle y espero a Delta en la banqueta, hacia frio pero su capacidad de alfa le favorecía, su cuerpo generaba calor mucho más rápido que el de un beta u omega, asi que no sufria mucho por eso. El carro de la alfa se estacionó en frente y subió al asiento del copiloto.

- Ese traje te queda muy bien - dijo Delta con una sonrisa coqueta- Es una lastima que tengamos trabajo que hacer.

El azabache la miro irritado- Y aunque no fuese así, no tendría sexo contigo.

- No sabes de lo que te pierdes- arranco el auto.

- No quiero averiguarlo. Además, no me gustan mayores.

- Solo son ocho años.

- Delta, no insistas- dijo cortante.

- Cómo sea, tú te lo pierdes- se encogió de hombros.

Manejaron por la avenida hasta llegar a un condominio privado en dónde los hicieron detenerse. Delta bajo la ventanilla cuando un hombre con gafas y auriculares en la oreja se acercó.

- Hola- dijo coqueta la alfa, Kawaki rodó los ojos en su lugar- Somos invitados especiales del señor Lind.

- Tarjeta de Invitación- ordenó el tipo con cara sería, inmune al coqueteo de la chica.

- Venimos de parte de Kara- Delta cambio su tono a uno más serio- El señor Jigeen nos envió.

- ¿Son los hombres del señor Jigeen?

- Así es.

- Muy bien, ¿Dónde está la tarjeta de invitación?- insistió. Kawaki comenzaba a impacientarse.

- Solo dale la maldita tarjeta- ordenó arto.

- Ya, ya. No te enojes, cachorrito- de la guantera saco la vendita invitación y se la paso al tipo.

- No me digas así.

- ¿Ahora te enojas por eso? ¿Acaso no eres un cachorrito?

- No lo soy.

-Muy bien, pueden pasar- el guardia le devolvió la tarjeta a la alfa.

El portón se abrió y el carro avanzó por el camino de grava hacia la casa al final de este, estacionaron junto a una larga fila de coches de lujo y bajaron.

𝐂𝐫𝐢𝐦𝐞𝐧𝐞𝐬 [𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞] ©Where stories live. Discover now