𝐒𝐮𝐫𝐩𝐫𝐢𝐬𝐞

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Hoy regrese a Roma, necesitaba un descanso de todos los negocios que tenía en Mexico, necesitaba una vacaciones, pensé a mi misma, donde será un buen lugar para visitar y en eso pensé aquí.

Hace cinco años fingí mi muerte, después de lo qué pasó con mi padre, ya no quise a ver a nadie, así que le pague al doctor que mintiera y digiera que estaba muerta.

Cuando llegue aquí a Roma, investigue todo de mis familiares, mis ex novios, viejas amigas, todo.
Hasta investigue todo de Tom, lo que hacía, a donde iba, parecía una loca, pero eso era lo que era, un loca muy sexy.

En la tarde fui a un cementerio, ahí lo vi por primera después de cinco años, estaba hablando solo, creo que era mi tumba, era un poco gracioso para mi, como se lo creyeron que estaba muerta.

Estuvo ahí por un largo tiempo ya me estaba cansado pero gracias a Dios por fin se levanto, se dirigió a su carro, antes de subir su mirada se postró en mi, se quedó viéndome por unos segundos y después subió y se fue.

Sabia que no me reconocería, había cambiando mucho, mi cuerpo seguía siendo el mismo pero mi cara había cambiado, debido que antes era joven ahora tengo 22 años, cambié mi pelo a color rojo casi anaranjado y ahora es chino.

(...)

Eran las 7 de la noche, estaba estacionada afuera de la casa de Tom, vi salir a Carla y a una niña pequeña, ella debe de ser La Niña que Tom tuvo con Carla. Si mi querido Tom supiera lo que yo se el no estuviera con esta estupida.

Decidí seguir a Carla, sería divertido jugar con ella, después de un rato llegamos a un tienda, ella se bajo junto con la pequeña , ella entro primero, yo espere una rato y después entre yo, no fue un difícil encontrarla ya que se escuchaban le voz de la pequeña por toda la tienda.

Cuando vi a la pequeña me acerqué a ella, Carla se veía muy concentrada en que bebida escogería.

—Hola pequeña— susurre para que Carla no pudiera escucharme.

— Hola, ¿porque susurras?— me pregunte ella mientras ella también susurraba.

— Para que tu mamá no me escuche, oye quieres ir a mi casa, tengo muchísimos dulces y muchos juegues, ¿que te parece?— esa sonrisa enorme se formó en la cara de la pequeña.

— Si, si , si quiero— en brincaba de felicidad.

— Bueno espérame a ya y ahorita te alcanzo— apunte a la entrada de la tienda, ella asintió con la cabeza y fue a donde le dije, esta niña me estaba cayendo bien.

Le di vuelta a la área de la comida, me puse casi afrente de Carla, ella por fin había escogido la bebida que quería, ella voltio a verme, su cara cambió a una como si hubiera visto a un fantasma. Le di una sonrisa que daba miedo, ella volteó su mirada al lugar donde estaba la pequeña, ese era mi señal para irme, camine rápido a la entrada, antes de irme le dije a una chica que trabajaba ahí que le diera una carta a Tom, sabia que el vendría aquí. Le di la carta a la chica y tomé a la pequeña de la mano y nos fuimos.

En el camino venía escuchando música, la pequeña parecía que le gustaba. — Y dime, ¿cuál es tu nombre?— le pregunte.

— Mi nombre es Lily— dijo con una sonrisa en su cara, parecía una angelito, era tan bonita, se parecía mucho a él. — ¿Cual es el tuyo?—

— Mi nombre es Mía— le dije regresándole la sonrisa.

— Tu nombre me recuerda a alguien— dijo ella.

Después de la Tragedia; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora