UN VIEJO AMIGO - CAP 3

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Zack fue el primero en despertar después de la pelea con Kai. Abrió los ojos y se encontró en una cama en el palacio de la reina Alesta. Estaba vendado y dolorido, pero vivo. Recordó lo que había pasado.

Zack se sintió confundido y arrepentido. No sabía qué hacer. Por un lado, seguía deseando tener más poder y hacer el pacto del alma con Zion. Por otro lado, se daba cuenta de que había traicionado a sus amigos y que había perdido su confianza y su cariño. No sabía si podía enfrentarse a ellos y pedirles perdón. No sabía si podía volver a ser su amigo.

Zack decidió escapar del palacio y alejarse de todo. Pensó que así podría olvidar lo que había hecho y empezar de nuevo. Pensó que así podría encontrar su propio camino y su propio destino.

Zack esperó a que los guardias que lo vigilaban se distrajeran y aprovechó para salir de la cama. Se quitó las vendas y cogió su espada. Se vistió con unas ropas que encontró en un armario y salió de la habitación. Se movió sigilosamente por los pasillos del palacio, evitando a los sirvientes y a los soldados. Llegó hasta la salida y salió al exterior.

Zack miró el cielo y vio que era de noche. Las estrellas brillaban sobre su cabeza. El aire era fresco y limpio. Zack respiró profundamente y sintió una mezcla de alivio y tristeza.

- Adiós, amigos -susurró Zack-. Lo siento por todo.

Zack echó a correr hacia el bosque, sin mirar atrás. Desapareció entre los árboles, sin dejar rastro.

Nadie se dio cuenta de su fuga hasta el día siguiente, cuando los médicos fueron a verlo para revisar sus heridas. Al entrar en la habitación, vieron la cama vacía, las vendas tiradas y la espada desaparecida.

- ¿Dónde está Zack? -preguntaron los médicos-.

- No lo sabemos -respondieron los guardias-. Estaba aquí hace un rato.

- ¿Cómo que no lo saben? -preguntaron los médicos-. ¿No se supone que debían vigilarlo?

- Sí, pero... -respondieron los guardias-. Nos distraímos un momento.

- ¿Un momento? -preguntaron los médicos-. ¿Qué hicieron?

- Bueno... -respondieron los guardias-. Jugamos a las cartas.

- ¿A las cartas? -preguntaron los médicos-. ¿Están bromeando?

- No, no -respondieron los guardias-. Es la verdad.

- Pues han hecho muy mal -dijeron los médicos-. Zack estaba herido y necesitaba cuidados. Además, era un invitado de la reina Alesta.

- Lo sabemos, lo sabemos -dijeron los guardias-. Pero no pensamos que fuera a escapar.

- Pues han pensado mal -dijeron los médicos-. Ahora Zack se ha ido sin decir nada.

Los médicos informaron a la reina Alesta de lo ocurrido. La reina Alesta se sorprendió al saber que Zack había escapado del palacio. Se preguntó por qué lo habría hecho y adónde habría ido.

La reina Alesta decidió no perseguirlo ni castigarlo. Pensó que Zack tenía derecho a elegir su vida y su destino. Pensó que quizás necesitaba tiempo para reflexionar sobre sus acciones y sus consecuencias.

La reina Alesta le contó a Lira y Crya lo que había pasado con Zack. Lira y Crya se entristecieron al saber que Zack se había ido sin despedirse. Se preguntaron si volverían a verlo algún día.

Lira y Crya decidieron quedarse en el palacio y cuidar de Kai, que seguía inconsciente. Esperaban que Kai se recuperara pronto y que pudieran hablar con él. Esperaban que Kai no guardara rencor a Zack y que pudiera perdonarlo. Esperaban que Kai siguiera siendo su amigo.

Kai despertó unos días después de la pelea con Zack. Abrió los ojos y se encontró en una cama en el palacio de la reina Alesta. Estaba vendado y dolorido.

Kai miró a su alrededor y vio a Lira y Crya sentados junto a su cama. Estaban dormidos, pero se despertaron al ver que Kai estaba despierto.

- ¡Kai! -exclamaron Lira y Crya-. ¡Has despertado!

- Sí, he despertado -dijo Kai-. ¿Qué ha pasado?

- Te hemos traído al palacio -dijo Lira-. Te hemos curado tus heridas.

- Gracias -dijo Kai-. ¿Y Zack?

- Zack se ha ido -dijo Crya-. Escapó del palacio hace unos días.

- ¿Qué? -preguntó Kai-. ¿Cómo que se ha ido?

- Así es -dijo Lira-. Se escapó sin decir nada.

- ¿Y no lo habéis buscado? -preguntó Kai-.

- No -dijo Crya-. La reina Alesta dijo que no lo hiciéramos.

- ¿Por qué? -preguntó Kai-.

- Porque dijo que quizás necesitaba tiempo.

- ¿Y vosotros qué pensáis? -preguntó Kai-.

- Nosotros pensamos que Zack se equivocó -dijo Crya-. Pero también pensamos que sigue siendo nuestro amigo.

- ¿Nuestro amigo? -repitió Kai-. ¿Después de lo que hizo?

- Sí, nuestro amigo -dijo Lira-. Porque sabemos que en el fondo es una buena persona.

- ¿Una buena persona? -repitió Kai-. ¿Después de traicionarnos?

- Sí, una buena persona -dijo Crya-. Porque creemos que se arrepentirá de lo que hizo.

- ¿Se arrepentirá? -repitió Kai-. ¿Después de escaparse?

- Sí, se arrepentirá -dijo Lira-. Porque sabemos que nos quiere.

Kai se quedó callado. No sabía qué decir. No sabía qué pensar. No sabía qué sentir.

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